El Huanglongbing, también conocido como HLB o dragón amarillo, es una enfermedad incurable y mortal para los árboles de naranja en la Huasteca, indicó el presidente estatal del Sistema Producto Cítricos, Jorge Luis Pérez Monroy, quien expresó que, aunque es preocupante la enfermedad, “los huastecos no nos rajamos”.

Lamentó que el HLB vaya en aumento, porque en todas las huertas tienen árboles enfermos que ya no tienen remedio, pero se busca en algunos casos prolongar la vida.

Comparó el dragón amarillo con un cáncer, “porque no hay remedio con esa enfermedad”, porque cuando la bacteria entra al naranjo ya está destinado a morir.

Recomendó fertilizar el suelo y practicar la endoterapia, que consiste en inyectar fertilizante y aminoácidos a los árboles, porque quienes han hecho este procedimiento —aseguró— “tienen buenos resultados, no para curarlos, sino para prolongar la vida”.

“Tuve que talar como 50 árboles, no hay un conteo como tal, pero cada productor se estima que tenga entre cinco y 50 árboles enfermos y son 5 mil 500 productores de naranja”, expresó.

Con tal porcentaje, se hablaría de 27 mil 500 ejemplares como mínimo y 275 mil como máximo, según sus estimaciones.

Señaló que el citrange de cucho de naranjo agrio con injerto de valencia es el más resistente a la enfermedad y es la planta que está recomendando como presidente de la cadena productiva citrícola, dijo que otros patrones (citranges), como el carrizo y el troyer volkameriano, son productivos, pero vulnerables a la enfermedad.

Agregó que este año la floración fue variada: “Algunos naranjos florearon bien, otros, nada; fue escalonada, no se sabe el motivo, la naturaleza es impredecible; ojalá en unos 15 días llueva para que no se caiga la fruta”. En general, añadió, se espera una buena producción.

Estimó que el año pasado se tuvo una producción de alrededor de 75 mil toneladas de naranja y que el precio en promedio fue de 4 mil pesos; algunos vendieron en 2 mil 500, y otros, hasta en 7 mil, y por ello ahora reinvierten en el campo.

“A pesar de que tienen árboles enfermos, mucha gente está rehabilitando su tierra; el campesino tiene amor a sus naranjos y a lo que siembra, hay apoyo de la Secretaría de Desarrollo Rural, con el apoyo del vivero en donde se produce planta certificada”, expuso.

Salomón Hernández | San Felipe Orizatlán

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