Luego de producir una de las cuatro medallas de México en los Juegos Olímpicos Tokio 2020, Iván Bautista señaló que esta fue una competencia sui generis en su carrera.
El de Calnali afirmó que, a diferencia de Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, la cita en la capital nipona fue especial, en gran parte debido a las medidas por la contingencia sanitaria.
“Es algo que no me había tocado, porque los protocolos se siguen al pie de la letra. Debemos estar con cubreboca todos los días”, indicó.
De acuerdo con Bautista Vargas, uno de los aspectos que más llamaron la atención fue la prueba diaria de covid, pues esta se daba muy temprano de una forma singular.
“Cada día había un registro de saliva. El protocolo pedía no ingerir alimentos aproximadamente durante una o dos horas, tampoco podías hacerte limpieza bucal. Todo eso era por ahí a las 7:00 horas, para iniciar actividades.
“Tomabas un tubito de plástico y tenías que rellenarlo de saliva, cerca de un centímetro o centímetro y medio”, detalló. En cuanto a las condiciones extraordinarias que se implementaron en el comedor de la Villa Olímpica, dijo que lo único distinto era que los usuarios debían tomar sus alimentos mientras utilizaban guantes de látex, y mientras no ingerías alimentos debías usar cubreboca.
“Para el gimnasio hubo condiciones similares, no se permitían más de 25 personas, y en la alberca otro tanto, pero creo que eso provocó que la gente anduviera tranquila, no supimos de casos de covid y en la habitación se pudo estar sin cubreboca”, señaló.
En cuanto al edificio por sí mismo, indicó que le pareció extraño que las habitaciones parecieran estar en obra negra, pues a pesar de que contaba con muchos servicios, la construcción tenía muchos detalles estructurales.
“Eso sí, no están terminados los departamentos, tenían tablaroca y eso es llamativo porque en las villas de Juegos Panamericanos en las que hemos estado siempre te tocan los departamentos bien vestidos, bien terminados.
“La situación es lógica, porque era probable que no hubiera Juegos. Los cuartos tienen internet, agua caliente y aire acondicionado, solo que en términos estructurales no los terminaron”, contó.
Finalmente, señaló que la convivencia fue distinta entre los ocupantes de la villa, pues se vivía un clima sumamente distinto, en comparación con otros Juegos Olímpicos.
“Al principio, cuando llegamos, había poca población. La situación estuvo en el tiempo que te podías quedar, porque tenías que arribar con cinco días de anticipación y la salida se tenía que dar casi enseguida, por eso se vivió con menos poblacional diferencia de otros que he vivido”, culminó.
Luis Carlos León I Pachuca