This handout photo taken and released by Dawei Watch on March 27, 2021 shows protesters taking part in a demonstration against the military coup in Dawei. (Photo by Handout / DAWEI WATCH / AFP) / —–EDITORS NOTE — RESTRICTED TO EDITORIAL USE – MANDATORY CREDIT “AFP PHOTO / DAWEI WATCH ” – NO MARKETING – NO ADVERTISING CAMPAIGNS – DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS
La represión de las manifestaciones prodemocracia en Birmania causó cerca de 90 muertos el sábado, la jornada más mortífera desde el golpe de Estado del 1 de febrero, y durante la cual la junta golpista hizo desfilar a sus soldados en la capital.
“Al menos 89 personas habían muerto al anochecer”, declaró la Asociación de Asistencia a los Prisioneros Políticos (AAPP), una oenegé local que monitorea el número de fallecidos desde el golpe de Estado.
“Estamos recibiendo infor-mes sobre decenas de muertos, incluidos niños, centenares de heridos en unas 40 localidades y detenciones masivas”, tuiteó la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, alertando de una “violencia impactante”.
Una portavoz de este organismo, Ravina Shamdasani, precisó que aún no pudieron “corroborarlo de forma independiente”, pero que recibieron “múltiples informes creíbles.
Por el momento, los balances de muertos oscilan entre 83 y 91, con centenares de heridos. Tenemos cuatro informes de niños que murieron, incluido como mínimo un bebé”, añadió.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó “en los términos más fuertes” esta “masacre” y Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido también apuntaron contra la junta.
El secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, dijo estar “horrorizado” por el “terror” que siembran los militares en el país. Su homólogo británico, Dominic Raab, declaró que la junta había cruzado un “nuevo umbral” en la represión.
El país asiático vive sumido en una profunda crisis desde que los militares depusieron al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, lo que desencadenó una gran revuelta.
AFP | Naipyidó