Alguna vez se han preguntado ¿de qué manera conceptualizamos e interactuamos con los diferentes tipos de patrimonio en nuestro estado? Es complejo otorgar una respuesta ya que muchas personas confunden la idea de un bien social, con la noción de titularidad pública o privada. Lo que considero mío, lo protejo, lo preservo y lo difundo; lo que no considero como propio, simplemente no importa. Pienso que por esta razón la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a través de la firma del tratado internacional denominado como Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural, aprobado en 1972, determina mediante cinco criterios un bien como patrimonio natural, cultural o histórico. Estos principios encuentran su fundamento en la credibilidad, la conservación, la creación de capacidades, la comunicación y las comunidades, en torno a un tipo de patrimonio.

Te puede interesar: Hidalgo concentra 30 por ciento de las tomas clandestinas

 Únete a nuestro Canal de Whatsapp y recibe las noticias en tiempo real https://bit.ly/3S0OztH

Actualmente, vivimos en un escenario regional, nacional e internacional en el que los efectos de la universalización han motivado la manifestación de nuevos actores que se involucran en la gestión estratégica de los distintos tipos de patrimonio, tanto tangible como intangible. Algunos de estos nuevos actores locales son los diferentes colectivos ciudadanos interesados en la revaloración social e histórica del patrimonio en el estado de Hidalgo. Bajo este panorama, considero que la figura del Estado, así como, la de los organismos nacionales e internacionales encargados de preservar el patrimonio, se ha colocado en una nueva dimensión de interacción, análisis y resignificación, ya que el patrimonio hoy en día también se construye desde la autonomía, la comunalidad y la horizontalidad, no solo de los grupos indígenas sino también de los barrios, los pueblos y los grupos culturales diversos. Patrimonios emergentes no necesariamente museísticos, creados desde las necesidades básicas y motivados por la innovación social, la creatividad y la acción colectiva, permiten el surgimiento autónomo de distintas miradas patrimoniales que se protegen y difunden desde las formas de vida en común.

Estimo necesario y apremiante la generación de espacios en los que se resignifique a través del diálogo abierto, recíproco, novedoso e interinstitucional, una nueva manera de entender, construir, gestionar y actualizar el estudio sobre el patrimonio natural, cultural e histórico en el estado de Hidalgo, con el fin de que las nuevas generaciones encuentren elementos de análisis e inquietudes respecto a la creación y preservación patrimonial. Debemos de revalorizar a través del diálogo actual, los elementos de una memoria colectiva que otorgue un nuevo sentido de pertenencia y representación simbólica mediante la resignificación de distintos patrimonios vivos.

Luis Francisco Sánchez Fonseca