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Hace (24) meses
“Sobre la Constitución nada. Sobre la Constitución, nadie”

Eduardo Ruiz-Healy

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La Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados tiene por objeto la protección de los datos personales en posesión de: “cualquier autoridad, entidad, órgano y organismo de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos y fondos públicos, así como cualquier persona física, moral o sindicato que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad en los ámbitos federal, de las Entidades Federativas y municipal”.

Esta ley define a un dato personal como “cualquier información concerniente a una persona física identificada o identificable”.

Un dato personal que un sujeto obligado no puede hacer público sin el consentimiento de una persona es la dirección particular, a menos de que ésta pueda ser obtenida por medios que son públicos, como pueden ser un directorio telefónico, una base de datos o información que esté en el Internet.

Con base en lo anterior, es probable que el presidente Andrés Manuel López Obrador esté violando la ley al difundir en su conferencia de prensa fotografías de los edificios en donde supuestamente se ubican los domicilios particulares de algunos de los periodistas que lo critican constantemente. El lunes vimos cómo mostraba fotos de un edificio en donde aparentemente vive Carlos Loret de Mola.

Que yo recuerde, al tomar posesión de su cargo, AMLO juró “guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”.

Los aludidos en la conferencia de prensa presidencial pueden, si creen que AMLO cometió un delito y pone en riesgo su seguridad al difundir sus datos personales, proceder legalmente contra él.

Y hablando de transparencia, el presidente dijo ayer en su conferencia de prensa que “La regla de oro de la democracia es la transparencia”, pese a que su gobierno ha ocultado más información pública de lo que hicieron algunos de sus antecesores y que en sus campañas electorales y desde que asumió la presidencia ha asegurado que su administración es más transparente que el más transparente cristal.

Los ejemplos abundan: el gobierno de la 4T declaró como reservados o confidenciales datos sobre el Tren Maya y el aeropuerto Felipe Ángeles, detalles de los contratos para la compra de vacunas anticovid, números reales de las muertes por COVID, las causas que ocasionaron la muerte de 14 personas por suministro de heparina sódica en el hospital regional de Pemex en Villahermosa (2020), la explosión del oleoducto en Tlahuelilpan, Hidalgo (2019), y pormenores de la frustrada captura del narco Ovidio Guzmán, en Culiacán (2019), entre otros.

Al asumir la presidencia, Andrés Manuel juró lo arriba anotado y concluyó ese juramento diciendo “y si así no lo hiciere que la nación me lo demande”.

Tarde o temprano, la nación se lo demandará porque “Sobre la Constitución nada. Sobre la Constitución, nadie”, como escribió José María Iglesias, un verdadero liberal juarista del siglo 19.

Eduardo Ruiz-Healy

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