Tula es la tercera ciudad más importante del estado de Hidalgo, tan solo por debajo de Pachuca y Tulancingo.

Pero es esta región de la entidad quien aporta más del 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y que, en los hechos, recibe en partidas presupuestales tan solo el 4 por ciento.

Esta actividades industrial, logística y comercial representan por desgracia un gran interés para quienes delinquen.

Pero, ¿qué pasa con nuestra corporación policiaca? Aquí algunas cifras:

Tula tiene una población total de 115 mil habitantes, de acuerdo con el censo de población y vivienda 2020.

En seguridad pública, hay un estado de fuerza de 180 elementos, es recomendado que existan 1.8 elementos por cada mil habitantes, lo que señala un claro déficit de elementos, que cubre turnos de 24 por 24 horas.

En cuanto a parque vehicular, hay tan solo cinco patrullas operativas y otras para servicios especiales con descomposturas constantes.

Existe un deficiente inventario de radiocomunicación, chalecos balísticos caducados y de mala calidad, falta de uniformes, así como desabasto de cartuchos.

¿Cómo podemos exigirles a los policías que cuiden a nuestras familias, si nosotros no nos preocuparnos también por las familias de ellos?

Ante esta grave situación es necesario atender la falta de seguridad social, servicio médico de calidad y medicinas de forma oportuna.

Salarios dignos, capacitación, equipamiento e infraestructura tecnología para poder realizar su labor.

Por ello, nuevamente la pregunta: ¿quién cuida a quienes nos cuidan?