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Hace 13 días
La palabra alcanza lejos: resistencias indígenas en la Sierra Norte de Veracruz

La semana pasada, autoridades agrarias y tradicionales de la comunidad otomí Cerro de Tzocohuite, acompañados por el Comité de Derechos Humanos de la Sierra Norte de Veracruz y de la radio comunitaria de Huayacocotla La Voz Campesina, así como de algunas clínicas jurídicas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), realizaron en el Centro Prodh una conferencia de prensa para dar a conocer el inicio de diversas acciones legales en contra de concesiones mineras otorgadas en su territorio, sin consulta previa, libre e informada.

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La semana pasada, autoridades agrarias y tradicionales de la comunidad otomí Cerro de Tzocohuite, acompañados por el Comité de Derechos Humanos de la Sierra Norte de Veracruz y de la radio comunitaria de Huayacocotla La Voz Campesina, así como de algunas clínicas jurídicas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), realizaron en el Centro Prodh una conferencia de prensa para dar a conocer el inicio de diversas acciones legales en contra de concesiones mineras otorgadas en su territorio, sin consulta previa, libre e informada.

Frente a estos permisos públicos para que se extraigan minerales en los territorios que han habitado desde tiempos ancestrales, el Consejo Comunitario para la Defensa del Territorio del Cerro de Tzocohuite reivindicó que las concesiones mineras ponen en riesgo el bosque, el agua y el maíz, que son signos de subsistencia para los pueblos originarios. Los defensores otomíes de la Casa Común también insistieron en que su práctica tradicional de cuidado del ambiente beneficia a la comunidad, a la región, al país y a toda la humanidad, lo que se vuelve incluso más relevante ante la grave crisis climática del presente. Por eso, insistieron en que no puede haber actividades de exploración o extracción de minerales metálicos sin consentimiento de los pueblos originarios que habitan los territorios.

Particularmente, Marisela Tolentino, del Comisariado de Tzocohuite, explicó: “Para nosotros nuestro bosque es parte fundamental y vital, nos propicia una flora y fauna diversa, de varios manantiales, prácticamente abarca todo nuestro territorio. Por eso mismo nos organizamos para evitar la entrada de alguna empresa ajena para evitar que nuestro bosque, nuestro ecosistema o la salud de nuestra comunidad salga afectados”. Mientras que Lucrecia Linares Mina, integrante de la comunidad añadió: “Somos un pueblo indígena. La minera nunca nos preguntó si queríamos que entrara a explorar nuestro territorio (…) Exigimos respeto a nuestros derechos como pueblo indígena y es por eso que estamos en esta lucha”.

El llamado de la comunidad otomí Cerro de Tzocohuite es un recordatorio, también, de que aun cuando en este sexenio se ralentizó el ritmo frenético de entrega de concesiones mineras que se había generado en la década previa y aun cuando se impulsaron reformas relevantes a la Ley Minera (que tristemente, puede anticiparse, serán declaradas inconstitucionales por el desaseado proceso legislativo que impulsó la mayoría en el Congreso de la Unión), en muchos territorios del país donde tienen su asiento pueblos originarios continúan todavía concesionados. Por ello, no ha perdido vigencia la estrategia de impugnar judicialmente la entrega de estos títulos a empresas, mediante el hoy muy vilipendiado juicio de amparo. Esta táctica hace ya mucho tiempo se utilizó en la Montaña de Guerrero la Comunidad Me’phaa San Miguel del Progreso, acompañada por el Centro Tlachinollan.

En el marco de la visita a Ciudad de México de los defensores ambientales de la Sierra Norte de Veracruz, fue presentado también en el Centro Prodh el libro La palabra alcanza lejos, del jesuita Alfredo Zepeda, quien ha dedicado los últimos 40 años de su fructífera vida a acompañar a las comunidades otomí, nahua, tepehua de Veracruz e Hidalgo, encarnando la opción de caminar con los más pobres desde una perspectiva que entiende el servicio de la fe como promoción de la justicia y la reconciliación, a partir de una profunda inculturación con los pueblos originarios.

El libro, publicado en su primera edición por Buena Prensa en 2021 y más recientemente reimpreso en 2023 por la Universidad Iberoamericana de Puebla, fue comentado durante la presentación por David Fernández SJ y la doctora Verónica Kugel.

El texto contiene la crónica de cómo las comunidades de la Sierra Norte resisten un entorno adverso con sus luchas, pero también con sus fiestas, su trabajo colectivo, sus asambleas, su cuidado del territorio y sus espiritualidades diversas; es decir, mediante el ejercicio cotidiano de la comunalidad.

Así, en el texto se habla de asambleas, “donde el que mejor opina es el que mejor sabe escuchar” (p. 126); de fiestas, porque las resistencias indígenas son ese “estar dispersos y juntos, bajo la agresión criminal y en la alegría inalienable” (p. 41); del trabajo en el campo, recordándosenos que “nadie siembra solo” (p. 35); de la migración hacia los Estados Unidos, que muestra cómo “la comunidad puede recrearse en el exilio” (p. 137); de la trayectoria de Radio Huayacocotla, con esa enorme responsabilidad que implica el que, como se relata, en la región sea común que se diga “así es porque ya lo dijeron en la Radio Huaya” (p. 165); de la memoria de jesuitas que vivieron con profundidad y libertad la opción de estar del lado de los descartados, como Luis del Valle o Enrique Gutiérrez Martín del Campo, y de los empeños y sueños de todo un equipo de hombres y mujeres, laicos y religiosos, creyentes y no creyentes, mestizos e indígenas —nahuas, otomíes y tepehuas—, porque como se dice en el texto “un buen equipo hace un buen proyecto” (pág. 163).

La palabra alcanza lejos, volumen editado por Ramón Vera Herrera e ilustrado por fotografías que recrean la belleza de la Sierra y la dignidad de su gente, es también un testimonio de la generosa vida de Alfredo Zepeda. En tiempos de ausencia y pérdida de referentes, en tiempos donde las redes sociales crean el espejismo narcisista de que las luchas pueden ser individuales, en tiempos en fin de discursos huecos, los testimonios como este son inspiradores y necesarios, pues nos recuerdan la relevancia del acompañamiento sostenido, prolongado, comprometido, en terreno, desde las periferias, mostrando que aún hay quienes aúnan palabra y vida en un todo consistente. Y es que sin duda la esperanza se nutre al escuchar la palabra de quienes, como lo dice Alfredo Zepeda refiriéndose a otros compañeros en una formulación que es enteramente aplicable a su persona, han optado “por el acompañamiento paciente y humilde en los procesos de resistencia y dignificación de los últimos de la fila” (pág. 199).

La defensa del territorio de la comunidad otomí Cerro de Tzocohuite, el servicio de Radio Huaya —hoy temporalmente afectado por un percance de su antena— y el testimonio de vida de Alfredo Zepeda SJ plasmado en La palabra alcanza lejos son expresiones de la digna resistencia indígena en la Sierra Norte de Veracruz. Una muestra de que el México indígena sigue organizándose y movilizándose, con la paciencia, la determinación y la sabiduría de quienes han cultivado por siglos el arte de la resistencia.

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