Omar García Harfuch, 15 horas antes del atentado
 
Hace (45) meses
 · 
Compartir:

El secretario de Seguridad Ciudadana llegó puntual a la reunión que habíamos programado –y reprogramado antes varias veces– para platicar sobre él: sobre su carrera y los grandes retos en materia de seguridad que enfrenta el país y la capital. Fue el jueves por la tarde, 15 horas antes de que un grupo de 28 sicarios lo emboscara mientras circulaba por Paseo de la Reforma, una de las avenidas más importantes y transitadas de la Ciudad de México.

Según las indagatorias de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, el atentado contra Omar García Harfuch, el jefe de la Policía capitalina, se planeó con al menos tres semanas de anticipación y una noche antes los sicarios fueron llevados a distintos puntos de la ciudad a recoger el armamento; iban encapuchados para que no pudieran identificar los lugares que visitaban.

Un par de semanas antes, García Harfuch había recibido amenazas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), luego de los golpes asestados a la organización criminal que dirige Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho, principalmente por la extradición de su hijo, el Menchito, a Estados Unidos.

El jefe de la policía capitalina sabía que traía cerca a quienes, por su mano dura y combate frontal al narcotráfico, lo querían muerto. Quizá por eso, su jefe de escoltas –quien murió en la emboscada del viernes junto con otro integrante de su equipo de seguridad y un civil– se acercaba constantemente a él para transmitirle mensajes y reportarle cualquier situación sospechosa. Eran amigos.

“Esta mañana fuimos cobardemente atacados por el CJNG, dos compañeros y amigos míos perdieron la vida, tengo tres impactos de bala y varias esquirlas. Nuestra Nación tiene que continuar haciéndole frente a la cobarde delincuencia organizada. Continuaremos trabajando”, escribió el viernes en su cuenta de Twitter, tres horas después de la lluvia de balas que sacudió la camioneta blindada en la que viajaba, de las cuales recibió tres impactos en el hombro, clavícula y rodilla izquierdos. Fue sometido a una cirugía que resultó exitosa y se encuentra en recuperación.

García Harfuch habla con la valentía y convicción de alguien que fue formado en las filas de la Policía Federal, y que ha visto y vivido en carne propia sucesos atroces relacionados al crimen organizado. Está convencido de que a los criminales se les enfrenta con mano dura y sin concesiones. “Yo soy policía, esa es mi formación, y estoy muy orgulloso de serlo”, se jacta el secretario cuyo semblante, si bien serio y firme, se aleja del estereotipo del jefe de la Policía: es amable y evita usar tecnicismos, claves o palabras altisonantes. Sabe que la función de un buen secretario de Seguridad, además de dar resultados en el combate al crimen, pasa por tener una buena comunicación y por transmitir confianza tanto a sus superiores, como la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, como a quienes tiene bajo su mando.

El miércoles de la semana pasada, García Harfuch le presentó al presidente Andrés Manuel López Obrador los datos más recientes de delitos en la capital del país, los cuales siguen a la baja, gracias a la estrategia de inteligencia, investigación y desmantelamiento de células del crimen organizado. En aquella reunión, el presidente felicitó a García Harfuch y a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Ese mismo día, el secretario de Seguridad Ciudadana se reunió con todos los integrantes de su cuerpo policíaco para transmitirles las buenas noticias.

En los primeros cinco meses de 2020 se redujo el número de carpetas de investigación en delitos de alto impacto y los niveles de violencia.

De acuerdo con del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en la capital del país hubo una disminución de 17% en los delitos de homicidio doloso, una baja de 65% en secuestro y una reducción de 49% en el robo en transporte público.

Así, mientras la estrategia de García Harfuch da resultados en Ciudad de México y le granjea ataques del crimen organizado, la del gobierno federal ha probado ser fallida. Pese a ello, el Presidente López Obrador y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, dijeron que no van a modificarla, sin mencionar la tibia respuesta sobre el atentado del viernes. Durazo asegura que ninguna organización tiene la fuerza para retar al Estado, pero la emboscada contra García Harfuch y las amenazas contra el propio secretario de seguridad federal, y de Santiago Nieto y Marcelo Ebrard, reflejan lo contrario.

De llamar la atención también que el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, no se haya pronunciado al respecto, sobre todo porque García Harfuch es nieto de un exsecretario de la Defensa.

Como lo escribió en su cuenta de Twitter y lo ratificó Claudia Sheinbaum en la conferencia del viernes, García Harfuch seguirá al frente de la policía de la CDMX, ahora con un rol más preponderante en la esfera pública. Hay quien dice que podría ser un buen relevo de Durazo, quien, ya se sabe, está interesado en ser gobernador de Sonora.

Mario Maldonado

Compartir:
Relacionados
title
Hace 18 horas
title
Hace 1 días
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg
Más popular
Política actual impide el desarrollo: Marivel Solís
Por Gerardo Ávila . 24 de mayo de 2016
Por Gerardo Ávila . 9 de agosto de 2017
Por Federico Escamilla . 12 de febrero de 2018
Por Gerardo Ávila . 30 de noviembre de 2015

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad