En nombre de la diversión se pueden cometer toda clase de excesos, incluso hasta poner en riesgo la vida.
Y el mejor ejemplo de lo que digo ocurrió el pasado domingo en la comunidad de Santa Mónica en Epazoyucan Hidalgo donde los arrancones de tractocamiones ya son parte de la Feria Patronal del municipio.
Es cierto que el furor por las carreras de tremendos vehículos pesados y la adrenalina que esto genera permite que a los asistentes a este tipo de espectáculos les valga madre si hay medidas de seguridad, si los espectadores están resguardados de los vehículos que corren a toda velocidad, si hay vallas de protección, aunque esas vallas sirven para una chingada con un madrazo de un tractocamión que pesan al menos 10 toneladas.
Pero como comentaban vecinos, ya es una tradición que con las fiestas patronales se organicen estos eventos que son difundidos ampliamente en redes sociales.
Anuncios espectaculares en Facebook, Instagram y X invitaban a los vecinos de las localidades cercanas a Santa Mónica a disfrutar un domingo “familiar” con antojitos y harta bebida, como para darse valor o para que los asistentes no reclamaran por la falta de seguridad.
Y todo de manera clandestina, o cuando menos eso es lo que informaban las autoridades, que aseguraban que ellos no sabían nada.
El alcalde es muy ingenuo o quería chamaquear a los medios que lo cuestionaban, porque declaraba que no les habían dado permiso para hacer su carrera, pero que valiéndoles toneladas de ver…dura, la llevaron a cabo.
Y eso no es todo.
También declaró que sí, que ya tenían como tres años haciendo las carreras y en todas las ocasiones no habían pedido permisos.
O sea que les vieron la cara de pendejos.
Y para colmo, su secretario de seguridad municipal comentaba que durante la mañana los transportistas que son el gremio fuerte de la región, los de la lana, realizaron un desfile con más de 80 tráileres y la Policía los escoltó durante su caravana. Además, dijo que al final se quedaron en otra localidad por lo que ingenuamente pensaron que ya habían concluido los festejos.
Total, que ni el alcalde, ni el secretario de seguridad, ni el de Protección Civil se enteraron que se iba a llevar a cabo la carrera a pesar de la difusión en redes sociales.
A las 4 de la tarde del trágico domingo comenzó el espectáculo y cientos de personas acudieron a presenciar la carrera clandestina, hartamente difundida y promocionada de la que todos absolutamente todos en Epazoyucan sabían, menos las autoridades.
Y lo demás es historia.
Tres espectadores muertos, entre ellos un joven que pertenecía a la organización de la carrera, una mujer y un niño, doce lesionados, dejando luto entre las familias de Santa Mónica.
Lo curioso es que nadie escarmienta en tragedia ajena y ahora se anuncian los arrancones
en Singuilucan.
Los muertos, esos ya están bajo tierra.