El precio de su terquedad será altísimo. Porque es muy probable que Andrés Manuel López Obrador pase a la historia como el presidente más antifeminista de todos los tiempos. El que más las ha ignorado. El que más las ha ofendido. Y hasta el que más las ha odiado.

La fachada de Palacio Nacional parece ahora convertida en una suerte de Ágora, que mucho nos recuerda aquello de “vox populi, vox dei”; “la voz del pueblo es la voz de Dios”. Y es que sobre ella se proyectan frases luminosas cada vez más oscuras y contundentes.

-UN VIOLADOR SERÁ GOBERNADOR. Y sí, todo indica esa fatalidad. Que, a pesar de las terribles acusaciones por violaciones sexuales en su contra, Félix Salgado Macedonio ganará —mediante su arrastre populachero— la gubernatura de Guerrero. Él es el candidato de Morena, el partido del presidente. Pero, sobre todo, es el candidato del presidente, que es dueño de Morena: el partido sinónimo de misoginia, el de las encuestas fantasmas, el de las farsas legaloides que humillaron a las denunciantes; el del silencio vergonzante de sus hombres y mujeres; el de la protección ignominiosa al “toro sin cerca” que, emulando a su gurú, se dice el candidato más política y mediáticamente perseguido de todos los tiempos.
Yo no sé cuántos votos femeninos perderá Morena a nivel nacional, especialmente en la estratégica renovación de la Cámara de Diputados, donde se decide el presupuesto de la nación. Pero sí sé que en este país la mayoría son mujeres y que muchas harán pagar en las urnas los crímenes y el menosprecio de que han sido víctimas en el gobierno de la llamada Cuarta Transformación. Y de que más allá de lo electoral, México ha sido herido profundamente en su ética política, su moral pública y su democracia por un apoyo irracional e incomprensible a una figura pública francamente impresentable.

-LAS MUJERES SOMOS UNA VOZ COLECTIVA. Entre los desdenes y descalificaciones salidas de las mañaneras hacia las mujeres, tal vez el insulto mayor ha sido considerarlas manipulables por parte de ese fantasma omnipresente, poderosísimo y favorito del régimen que es el conservadurismo. Como si nuestras mujeres en este país fueran títeres o seres humanos de segunda, incapaces de raciocinio. Cuando por el contrario, nos han dado sobradas muestras a lo largo de la historia de un patriotismo a toda prueba, un talento inconmensurable y más recientemente un enorme valor civil para protestar por las cifras horrendas y vergonzantes de miles de muertas y violentadas cada año y cada día. Por eso su voz y su grito plasmado ahora en los muros de la casa
del presidente.

AMLO: DATE CUENTA. Fue la imagen del día en El Universal de este lunes y creo que a todos nos conmovió profundamente. Porque me parece que sintetiza lo que un creciente número de mexicanos esperan y demandan del régimen de la 4T: un presidente incluyente; que gobierne para todos; no solo para sus seguidores; sino para sus opositores y sus críticos; que mire, no solo vea; que escuche, no solo oiga; que ejerza la tolerancia y no el odio; que deje de hablarnos del pasado y dirija la mirada hacia el futuro que comienza a cada nuevo instante. Un presidente que se acerque más al candidato que tantas expectativas generó y se aleje del autócrata que se siente infalible. El presidente que merece este país. Y que él todavía puede ser. Por eso: AMLO: date cuenta.

Ricardo Rocha