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Hace (31) meses
Olga, Adán, Alejandro: el cambio de ayer, más turbulento que en tiempos ya idos
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Olga Sánchez Cordero se enteró ayer mismo de que sería sustituida por el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, y que regresaría a ocupar el escaño senatorial que dejó en noviembre de 2018 para integrarse al gabinete presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Fuera de ser la primera mujer en ese cargo, su gestión fue gris e intrascendente debido a su falta de pericia política.

Desde el primer día tuvo que lidiar con dos subsecretarios impuestos por AMLO que pocas, si es que alguna vez, le hicieron caso.

Uno de ellos, Zoé Robledo, actuó siempre con un solo objetivo: arrebatarle el cargo a su jefa para después buscar la candidatura presidencial en 2023. La relación entre ambos fue tan mala que en mayo de 2019 AMLO lo retiró de la subsecretaría de gobierno y lo nombró director general del IMSS. Su sucesor, Ricardo Peralta, duró poco más de un año en el puesto, hasta que en agosto de 2020 fue anulada esa subsecretaría en aras de la austeridad republicana.

Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, poseedor de una amplísima experiencia administrativa y legislativa, le daba cuentas, por lo menos hasta ayer, directamente a AMLO, de quien fue secretario de Desarrollo Económico y de Gobierno cuando gobernó al DF. En agosto de 2005 asumió la jefatura de gobierno del DF cuando su jefe se fue para ser el candidato presidencial del PRD.

El otro subsecretario, el de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, Rabindranath Salazar, está más preocupado por lograr la candidatura morenista a la gubernatura de Morelos y por eso nunca tuvo pocos problemas con Olga.

El nuevo secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ingresó al PRD en 2001 después de militar 25 años en el PRI, y en 2014 se fue a Morena. En 2006 coordinó la campaña presidencial de AMLO en Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Todos, menos Yucatán, los ganó su amigo y paisano. Antes de ser gobernador fue diputado local y federal y senador.

El sorpresivo pero no inesperado cambio de ayer en el gabinete obliga a plantear unas preguntas:

¿Por qué decidió Andrés Manuel reemplazar a Olga con su paisano y no con Encinas? ¿Desconfía de quienes no son de Tabasco? ¿El cambio se debe a que las cosas se le están complicando al presidente en todos los frentes y necesita a alguien que sea de su entera confianza y capaz de lograr o imponer acuerdos dentro de Morena y con la oposición, principalmente la que representa un PAN cada día más aguerrido?
¿Qué hará ahora Encinas, de quien hace mucho se decía que sería el sucesor de Sánchez Cordero? ¿Aceptará el cambio y el hecho de que fue relegado por el jefe a quien tan lealmente ha servido durante dos décadas?¿Lo perjudicó no ser de Tabasco? ¿Con cuál tabasqueño acordará ahora? No tardaremos mucho en saberlo.

En lo que a Olga se refiere, le dieron su regalo de consolación y hoy será electa presidenta de la mesa directiva del Senado, de acuerdo con los deseos de AMLO; deberán quedarse con las ganas de ocupar ese cargo Imelda Castro, Bertha Caraveo, Ana Lilia Rivera y Marybel Villegas.

Un cambio de secretario de Gobernación siempre causa turbulencia, pero ahora más que en otros tiempos que aparentemente eran menos agitados.

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