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Hace (49) meses
Inteligencia Emocional, cómo utilizarla
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“La inteligencia consiste no solo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”

Aristóteles

 

Queridos lectores hoy escribiré sobre inteligencia emocional (IE) y cómo utilizarla de forma práctica.

Comencemos con el significado, el término IE se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar los sistemas emocionales de uno mismo y de los demás.  IE no significa ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas; es un tipo de actitud psicológica que gobierna y dirige nuestras emociones en todos los aspectos, es la actitud para disfrutar de los acontecimientos de la vida a partir de un estado de tranquilidad y autoaceptación que te permite actuar sobre tus carencias y expandir tus fortalezas con sentido crítico y constructivo.

Las personas que poseen alto nivel en IE suelen ser extrovertidas, alegres y socialmente equilibradas, también poco predispuestas a la timidez y a darle vueltas a sus preocupaciones. Demuestran estar dotadas de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas, y suelen adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida, son afables y cariñosas en sus relaciones, su vida emocional es rica y apropiada, se sienten a gusto consigo mismas y con su gente, tienen una visión positiva de sí mismas y la vida siempre tiene sentido.

 

Diferencia entre inteligencia e inteligencia emocional

Se puede decir por norma general que la inteligencia es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas. La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como la capacidad de observación, la atención, le memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, entre otras, que les permiten enfrentarse al mundo diariamente, el rendimiento que obtenemos de nuestras actividades diarias dependen en gran medida de la atención que le prestemos, así como la capacidad de concentración que manifestemos en todo momento. Durante mucho tiempo se ha hecho la interpretación errónea de que la inteligencia solo servía para resolver problemas matemáticos, lingüísticos, físicos y había dejado de lado las capacidades personales de resolver problemas que afectan en la felicidad a las personas o a la buena convivencia social. Un elevado IQ puede predecir quién tendrá éxito a nivel académico, pero no dice nada del camino que tomará la persona.

Se ha demostrado que la IE es la responsable del éxito o el fracaso de la persona en todos sus ámbitos, profesional, personal y social, además se ha visto que el éxito profesional está definido en un 80 por ciento por la IE y en un 20 por ciento por su IQ, sea cual sea la profesión.

 

Aprendiendo a usar la IE

Existen seis categorías básicas de emociones:

  • Miedo: es la anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, inseguridad, tendemos hacia la protección.
  • Sorpresa: es el sobresalto, el asombro; es una emoción muy transitoria, ayuda a orientarnos sobre la nueva situación.
  • Aversión: es el disgusto o el asco; solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión, nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
  • Ira: es la rabia, el enojo, el resentimiento, la furia y todo aquello que nos hace sentir enojo nos induce hacia la destrucción.
  • Alegría: es la diversión, la euforia, la que nos da una sensación de bienestar, nos induce a la reproducción, deseamos reproducir eso que nos hace sentir bien.
  • Tristeza: es sinónimo de pena, sentimiento de soledad y pesimismo, nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

 

Todo es relativo

Las emociones son un mecanismo de supervivencia relacionado con la inteligencia y aprovechado en la evolución de las especies, no podemos, por tanto, calificar a las emociones como positivas o negativas prescindiendo de todo contexto en que ellas se producen.

Podríamos pensar que la ira es una emoción negativa y que lo mejor para nosotros sería no experimentarla, pero si careciéramos de ira habría situaciones que no podríamos resolver adecuadamente por que requieren la activación de cierto impulso agresivo de nuestra parte, por ejemplo, la resolución de situaciones de injusticia hacia nosotros o los demás; lo mismo ocurre con el miedo, sin esta advertencia no podríamos adaptarnos a los cambios y nuestra supervivencia estaría en peligro.

¿Qué emociones es correcto mostrar en público y cuáles no? pues todo dependerá de los modelos sociales con que nos hayamos criado y de donde nos encontramos. Todo depende de nuestro aprendizaje.

La muestra de nuestras emociones es aprendida desde la infancia, pues de niños nos enseñan que al recibir un regalo, aunque no nos guste, hay que mostrar respeto dando las gracias o que no hay que hacer un drama si perdemos en un juego.

Cuanto mayor es nuestra competencia social, mejor se adaptan nuestras emociones a las reglas de expresión que son aceptables en un contexto social, estas reglas determinan quién, cuándo y qué emociones pueden manifestarse hacia afuera y de qué forma, dependiendo de la situación puede que sea necesaria:

–           Minimizar la emoción

–           Exagerar la emoción

–           Compensar una emoción

La IE, según Goleman, se basa en cinco competencias emocionales.

Son las diferentes habilidades que disponemos para manejar nuestras emociones lo mejor posible. El autoconocimiento emocional o conciencia de uno mismo, autocontrol emocional o autorregulación, automotivación, empatía y habilidades sociales.

En el próximo artículo nos adentraremos un poco más en ellas para que sepas qué son y  cómo desarrollarlas en ti.

Como siempre, te deseo larga vida, salud y prosperidad.

Hasta la próxima.

 

Alberto Tristany Zarauza

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