Hay una gran diferencia entre la necesidad de amar y ser necesitados por amor.
Cuando estás necesitado de amor significa que estás perdiendo el amor y la aprobación de la persona más importante que conoces, que eres tú mismo, puedes involucrarte en relaciones codependientes e ineficaces para ambas personas. No puedes crear amor en tu vida hablando o pensando que estás solo. Sentirse solo y necesitado simplemente aleja a las personas, no se puede sanar una relación en tu vida hablando o pensando en lo horrible que es; esto solo pone atención en lo que está mal.
Alejar tus pensamientos del problema y crear nuevos pensamientos producirán una solución satisfactoria para ti; ahora, ojo, aquí es donde viene el problema de lo que escribiré hoy.
Relaciones y amor son tema complejo, todo el mundo quiere amor, todo mundo piensa que el amor y las relaciones personales siempre parecen ser la prioridad para muchos de nosotros. Desafortunadamente, buscar el amor no siempre atrae a la pareja adecuada, porque nuestras razones para querer amor nunca están lo suficientemente claras. Pensamos o creemos: “Oh, si tuviera a alguien que me amara, mi vida sería mucho mejor”, eso no es la forma en que funciona, por eso escribí al principio del artículo que existe una gran diferencia entre la necesidad de amar y ser necesitados por amor, son dos cosas totalmente diferentes. Por eso, discutir por las limitaciones es solo resistencia y la resistencia es simplemente una táctica de demora, es otra forma de decir “No soy suficientemente bueno para tener lo que estoy pidiendo o lo que estoy buscando”.
Hoy quiero explicarles cómo depurarse de esas cargas inútiles que muchas veces impiden encontrar relaciones sanas y amorosas y son tres:
Generalmente lo que vemos y lo que aprendemos desde que somos pequeños es lo que de adultos vamos a tener, observa tus relaciones, tu pareja, tus amigos y verás cómo tiene relación con algo de la infancia o de la juventud, por eso lo primero que tienes que hacer es perdonarte. Me perdono por todo lo que he visto, me perdono por todo lo que he vivido, por las relaciones tóxicas que se han acercado a mí, me perdono por todo ello. Mucha gente piensa y dice que tiene que perdonar a la otra persona y no es así, tienes que perdonarte a ti mismo porque tú has permitido que esa influencia tóxica entre en ti.
Cuando tú sueltas es como si llegaras a un nirvana, una iluminación, es otro estado y las relaciones ya no son tóxicas, son saludables, te relacionas con gente que te aporta, no tienes que rogar por recibir, eso es una relación dar y recibir, no solo recibir y recibir o dar y dar, es recíproco y cuando tú lo ves desde este punto de vista, créeme, el universo que te rodea cambia completamente, vas a darte cuenta que tus relaciones comienzan a cambiar, mucha gente se apartará y llega nueva gente con la que tienes un entendimiento y una relación superior a las que has tenido hasta hoy.
Es un proceso, como todo en la vida, quitarse las cargas de muchos años, perdonarse, amarse, aceptarse y soltar no es un camino de rosas, porque muchas veces se carga con una mochila tan pesada que simplemente el hecho de quererla quitar cuesta trabajo y ese peso que llevas en la vida y que te impide tener relaciones del nivel que te mereces tener, no es tuyo, es lo que has ido recogiendo durante la vida y guardando porque no conocías otra cosa, esto es empezar de nuevo. Toda relación es empezar de nuevo, sobre todo si te has divorciado o separado, un empezar de nuevo cada día y se comienza estando bien contigo mismo, no cargues cosas que no son tuyas.
Louis L. Hay tenía una frase muy hermosa que me encanta y es: “Elijo ver claramente con los ojos del amor, amo lo que veo”; eso es cambiarte de lentes y comenzarás a ver con los ojos del amor, el amor es una emoción de lo más pura que pueda existir, aunque muchas veces lo asociemos de manera física, no es así, el amor es mucho más sublime, y cuando lo recibimos y aceptamos la vida es totalmente diferente.
Aprende a amar desde el perdón y a partir de ahí ama, porque el amor lo es todo. Date permiso.
Como siempre, les deseo larga vida, salud y prosperidad. Hasta la próxima.
Alberto Tristany Zarauza