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Hace (30) meses
Comer bien, tener un trabajo decente y no ser víctimas de los delincuentes es lo que más preocupa a millones
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De la primera quincena de octubre de 2020 al mismo periodo de 2021 el Índice Nacional de Precios al Consumidor aumentó 6.12 por ciento, porcentaje ligeramente mayor que el 6.00 por ciento que se registró entre septiembre de 2020 y septiembre de 2021. O sea que la inflación siguió avanzando pese a las tres alzas de interés decretadas por el Banco de México desde el 24 de junio pasado, que las llevó del 4.00 por ciento al 4.75 por ciento.

La inflación está golpeando a millones de mexicanos, a la gran mayoría que tiene poco o nada a su nombre, y los está golpeando en donde más les duele: en el precio de los alimentos que consumen.

De la primera quincena de octubre del año pasado al mismo periodo del año en curso los precios de alimentos, bebidas y tabaco subieron 7.03 por ciento; los de frutas y verduras, 5.50 por ciento, y los de los productos pecuarios, que incluyen carnes de res y pollo, 12.30 por ciento.

En otras palabras, hoy se necesitan 107.03 pesos para poder comprar los mismos alimentos, bebidas y tabaco que hace un año un consumidor adquiría con 100 pesos; 105.50 pesos, para poder comprar las frutas y verduras que le costaban 100 pesos, y 112.30 pesos, para los productos pecuarios que llevaba a su mesa en octubre de 2020.

Para quienes disfrutamos de una situación económica más o menos desahogada, estas alzas seguramente no nos causan mayor precaución, pero definitivamente les afectan la vida a quienes perciben bajos ingresos, a quienes dedican el grueso de su dinero a adquirir los alimentos que deben poner sobre la mesa de sus hogares.
No hay que esforzarse mucho para imaginar la angustia que han de sentir día tras día millones de personas que saben que lo que ganan es insuficiente para alimentarse y alimentar adecuadamente a sus familias.

Y estos millones de hombres y mujeres que sufren emocionalmente por no tener con qué comprar comida también deben vivir con el miedo de que no les roben su dinero al viajar a bordo de un transporte público colectivo porque cuando son víctimas de quienes se han especializado en este delito de plano se quedan sin comer si no encuentran quien les preste o regale el dinero que necesitan.

Los robos que se realizan a bordo de autobuses o microbuses son raramente denunciados porque las víctimas saben que es inútil hacerlo. Pese a ello, en septiembre se denunciaron mil 122 de estos robos, el mayor número en lo que va del año y 22.22 por ciento más que los denunciados en septiembre del año pasado.

La mayoría de los mexicanos de todas las edades enfrentan un presente difícil y un futuro muy incierto. La pandemia de Covid-19 y las crisis sanitaria, económica y de inseguridad afectan siempre a quienes menos tienen.

Y esa mayoría que sobrevive día tras día lejos está de preocuparse de que los egresados de las universidades sean o no neoliberales, o que España le pida perdón a México por los abusos reales o imaginarios que primero cometieron los conquistadores y luego nuestros antepasados españoles contra los indígenas, o que la estatua de Cristóbal Colón sobre el Paseo de las Reforma sea reemplazada por otra.

A esos millones les preocupa comer bien, tener un trabajo decente y no ser víctimas de los delincuentes y poco les importan los asuntos intrascendentes que el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en abordar en sus conferencias de prensa.

Eduardo
Ruiz-Healy

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