Agua Blanca, la joya turística desperdiciada de Hidalgo

El estado de Hidalgo cuenta con múltiples opciones para el turismo, tal es el caso de los Pueblos Mágicos, Pueblos con Sabor, balnearios y demarcaciones que, a base de imaginación e ingenio, han logrado levantar este sector; sin embargo, también existen “joyas en bruto” que se niegan a darse a conocer, o bien, que la pereza de sus autoridades no los deja salir a la vista.
Tal es el caso de Agua Blanca de Iturbide, un municipio que cuenta con una geografía envidiable, entre cascadas, presas, gastronomía, bosques, un espacio listo para deportes extremos y hasta pinturas rupestres, que lamentablemente, sus gobernantes no han sabido aprovechar.
Agua Blanca cuenta con 10,313 habitantes según el último censo, en su mayoría tiene una zona boscosa, pero no ha logrado ser aprovechada como lo ha sido el corredor de la montaña, sus pobladores, en mayoría trabajan en Tulancingo, emigran o bien viven en pobreza extrema.
Este municipio tiene sitios y cascadas que han llamado la atención de los turistas, pero la falta de inversión en carreteras, anuncios, publicidad, o ya de menos alguna organización para circuitos de ciclismo de montaña, trails o torneos de pesca, aunado a la falta de conectividad de Internet, han literalmente ahuyentado a los paseantes.
Los pocos hoteles, restaurantes y ecoparques que han abierto apenas sobreviven, mientras que, a la alcaldía encabezada por Agustín Ramírez Jarrillo, parece no importarle el tema, y ni el tiempo se da para hablar sobre su municipio con los medios.
La falta de imaginación, de ganas y poca organización de municipios como este, hacen que se pierdan oportunidades enormes como las tiene esta joya de la región Otomí Tepehua de Hidalgo.
Hay que avisarles a las autoridades que el municipio va más allá de su feria patronal y los carnavales, y que están desperdiciando una increíble oportunidad de crecimiento para su municipio.