Madonna cerró su gira “The Celebration Tour” con un concierto gratuito que atrajo a una multitud sin precedentes de 1,6 millones de personas
La playa de Copacabana en Río de Janeiro fue el escenario de una noche histórica este sábado, cuando Madonna cerró su gira “The Celebration Tour” con un concierto gratuito que atrajo a una multitud sin precedentes de 1,6 millones de personas. El evento marca el final de una gira internacional que llevó a la Reina del Pop por 15 países de Europa y Norteamérica.
Con un calor atípico de 24 grados para la época, la cantante ofreció un espectáculo de dos horas y diez minutos que fue mucho más que un recital: se convirtió una verdadera fiesta de su legado musical. A sus 65 años, Madonna no solo interpretó 26 de sus grandes éxitos, como “Like a Virgin”, “Like a Prayer”, “Express Yourself”, y “Vogue”, sino también revivió las coreografías y los trajes icónicos que han marcado su trayectoria.
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El concierto contó con momentos especiales, como la participación de estrellas locales que se unieron a Madonna en el escenario. La coreografía de “Vogue” fue interpretada junto a su hija Estere, de 11 años, y la estrella del pop brasileña, Anitta. Otro momento destacado fue la aparición de la drag queen brasileña Pabllo Vittar, que subió al escenario vistiendo una camiseta de la selección de fútbol brasileña, junto a una batucada de jóvenes percusionistas de escuelas de samba.
El megaconcierto de Madonna en Brasil
El concierto también fue un desafío logístico. A pesar de un retraso inicial de 50 minutos, la producción hizo uso de quince torres de sonido y múltiples pantallas verticales distribuidas a lo largo de los cuatro kilómetros de playa, aunque algunos espectadores expresaron quejas respecto a la calidad del sonido.
Además, un dispositivo de seguridad con más de 4 mil policías fue desplegado para controlar el enorme flujo de personas y prevenir incidentes, aunque no faltaron los habituales robos menores.
Madonna, conocida por su capacidad de reinventarse y desafiar los tabúes sociales y culturales, eligió un escenario tan simbólico como la playa de Copacabana para cerrar con broche de oro una gira que no solo ha sido un repaso de su música, sino una celebración de su impacto en temas como la sexualidad, la religión y la maternidad.
