La escena competitiva de videojuegos crecerá este año, a tal grado que las ganancias del mercado global superarán los mil millones de dólares, gracias a la publicidad, los derechos de transmisión y la expansión de ligas, de acuerdo a datos de Statista.
Por lo pronto, algunas organizaciones planean expandirse en México y Latinoamérica durante 2019, tal es el caso de Garena y la Liga de Videojuegos Profesional, que presentaron la primera liga latinoamericana del videojuego Free Fire.
Provenientes de 15 países y divididos en las regiones de Latinoamérica norte y sur, 576 equipos, con cuatro jugadores titulares y dos suplentes, lucharán en cuatro torneos por su pase a la final, que se llevará a cabo en Tailandia en abril de 2019.
Free Fire es un juego móvil de disparos ubicado en el género Battle Royale, es decir, que cada jugador debe eliminar a los demás mientras el campo de juego se reduce con el tiempo, similar a Fortnite y PUBG.
Castigan a tramposos
Para resguardar la integridad de las comunidades de los e-Sports, una empresa ya comenzó el año tomando cartas en el asunto con fuertes medidas a los que usan artimañas con tal de ganar
en torneos.
Se trata de PUBG Corp., que cesó a cuatro jugadores profesionales de cualquier competencia oficial durante tres años después de que fueron detectados usando programas no autorizados durante encuentros de las fases clasificatorias a comienzos de diciembre.
De acuerdo a la publicación de @PUBGEsports en Twitter, la pena máxima a los amantes de los videojuegos que realicen este tipo de prácticas será la expulsión de por vida de cualquier evento competitivo.
Staff I Agencia Reforma