De filias y fobias políticas, Michel Franco prefiere no hablar.

El director es el flamante ganador del Gran Premio del Jurado en la Mostra de Venecia por Nuevo Orden, una perturbadora y violenta distopía sobre un golpe de Estado en México impulsado por las clases bajas.

Los ricos, en su filme, son objeto de una cacería; los pobres dejan salir contra ellos rabia, dolor y frustración de años por la desigualdad social.

“Yo hablo de cine, no me toca hablar de política, no es mi medio”, responde por teléfono cuando se le pregunta qué opina del la 4ta Transformación y del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Tiene que ver con que no quiero desviar la atención de la película, con que todo lo que tengo que decir y reflexionar está puesto en Nuevo Orden”, subraya el realizador.
Laureado en Cannes por sus películas Después de Lucía, Chronic y Las Hijas de Abril, Franco fue cuestionado por la prensa en la Mostra sobre sus ideologías.

Sorprendía en Europa que en su película, protagonizada por Naian González Norvind, Diego Boneta y Mónica del Carmen, hubiera empatía hacia ambos bandos.

“Es más interesante y más difícil hacer una película en la que no tomas partido por una causa o un movimiento, y retratas de manera fiel la ambigüedad y el choque de intenciones. Es más fácil hacer una película en pro de algo o en contra de algo, aquí no me fui por ese camino”, señala.

En su discurso de aceptación del León de Plata, Michel dijo que su cinta es un advertencia contra un futuro que no quiere ver hecho realidad. Se recuerdan, entonces, episodios similares pasados como la Revolución Rusa.

“La película empieza con (música del compositor Dimitri) Shostakovich (quien expuso con su arte las contradicciones de la URSS) como un guiño a eso. Es cíclica la historia del mundo, se repite. Caemos en los mismos errores, las revoluciones y la violencia llegan porque los cambios no se realizan a tiempo”.

Franco conversa con Gente mientras viaja hacia Boloña, donde comenzará en los próximos días la promoción del estreno italiano de Nuevo Orden. El filme, que sedujo a la presidenta del jurado en Venecia, Cate Blanchett, se ha vendido ya a más de 20 países, revela.

“La película es muy positiva y hay luz en el acto reflexivo que viene tras verla y discutirla”.
Espera que el triunfo en el certamen allane el camino hacia una nominación al Óscar, como sucedió con Roma, de Alfonso Cuarón, hace poco. Sin embargo, la decisión será de la Academia Mexicana de Cine.

“Confío en que México la va a enviar, en que la Academia se va a animar a que México esté representado por Nuevo Orden. Creo que después del voto de confianza que nos da Venecia con el León, no queda duda de que es la mejor opción para que México se acerque al siguiente Óscar. Espero que lo vean así”.
Autodidacta en el séptimo arte, Michel es uno de los directores nacionales más galardonados en los últimos años. Cuando se le pide que se describa, rehúye de inmediato a la palabra genio.

“Me considero… soy muy chambeador, me entrego por completo a cada película que hago, soy un obsesivo, me cuesta mucho trabajo. Esta película representó retos especiales y mayúsculos y la saqué adelante porque de manera colectiva sumamos.

“El talento del fotógrafo, del diseñador de producción, de la vestuarista, de maquillaje, todos los departamentos, trabajaron aportando mucho más de lo que yo sé. Fue un esfuerzo colectivo”, remarca.

Debido a la pandemia, no hay claridad respecto al estreno de Nuevo Orden en México, pero Franco está convencido de que no debe apresurarse. El País, piensa, necesita reflexionar, y su película, muchas salas, muchos ojos.

Mario Abner Colina
Agencia Reforma