Más que un hijo de papi, Roberto Palazuelos es todo un mirrey, pero uno no convencional, pues, aunque proviene de una familia acaudalada de hombres de negocios y abogados (todos llamados como él), su éxito como hotelero -asegura- se lo debe a su esfuerzo.
A punto de cumplir 50 años, el actor de televisión y cine busca darle un giro a su carrera y está dispuesto a sacrificar la actuación para convertirse en político.
¿Te molesta que te vean como mirrey?
No, no. Primero empezaron con los metrosexuales, luego a los metrosexuales ahora les llaman mirreyes, y ahora también hay ninis y de todo. Son todas estas tribus que se dan en las ciudades grandes que me dan mucha risa.
Pero, tú eres el prototipo del mirrey, ¿no? Empresario, galán, playero, playboy…
Dicen. Aunque, por ejemplo, leí el libro de El Mirreynato. Ahí dice que el mirrey no conoce la cultura del esfuerzo, y ahí yo difiero, porque a lo mejor sí seré un mirrey, pero soy uno muy trabajador. Mis hoteles no los heredé. Todo lo que he hecho lo he sacado a punta de trabajo.
¿Cumples 50 años el próximo año? ¿Cómo le haces para llegar así?
Con mucho deporte, bajándole al reventón, comiendo muy sano, y dándote masajes también. Sudar es juventud y yo hago muchísimo ejercicio. En la piel nada más me pongo protector y me pongo así de negro porque tengo mucha melanina. Como muchas zanahorias y betabel, todo eso.
Te dicen el Diamante Negro. ¿Cómo surgió el mote?
Porque cuando estaba en la casa de Big Brother metí una tarjeta de uno de mis hoteles, que es El Diamante K, la k por Kukulkán, el dios del viento. Lo tenía en mi cama y como siempre estoy muy bronceado, un día estaba el loquito de Omar Chaparro, dormía al lado mío y estaba tocando la guitarra, y entonces decía: ‘Diamante, diamante… negrooo’.
Eres un hombre de mar. ¿Qué tiene la playa que te gusta tanto?
Yo como crecí en ella es parte esencial de mi vida. Yo sin el mar me siento mal.
Eres hotelero. ¿De dónde te viene el olfato para el negocio?
De familia, muy fuerte. Yo vengo de una familia de puros abogados y empresarios. Muy poca gente lo sabe pero Roberto Palazuelos Léycegui, que viene siendo el Roberto I, es mi bisabuelo. Fue el fundador de la primera agencia aduanal del país.
Él era un megaempresario. Yo traigo lo de empresario grueso.
¿Y la actuación?
Yo vivía en una privada en el DF y ahí tuve muchos amigos artistas. Estaba Héctor Suárez Gomís, los hijos de Andrés García, los hijos de Luis Rey. Todos estos niños artistas crecieron conmigo y me influenciaron. Conocí a Paulina de chiquito, a Sasha. Desde ahí me vino la influencia.
¿Te interesa seguir en la política allá en Quintana Roo?
Por supuesto. Voy (por la alcaldía de Tulum) en 2018.
¿Qué implica para ti como actor y en los negocios el buscar una carrera política?
Mi carrera como actor, estoy dispuesto a cambiarla por la política. Creo que en la única forma en que puedo ayudar al destino, ayudar a la gente, atraer inversión, educación, hospitales, es convirtiéndome en alcalde, y creo que sería muy egoísta de mi parte que no lo hiciera, porque creo que el municipio me necesita.