Un dron para todos
 
Hace (68) meses
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Del tamaño de un colibrí, aunque más pesado, tenía posado sobre mi mano el DJI Tello, un dron de 80 gramos hecho para pilotos primerizos: niños y adolescentes. Y, como un colibrí, bastó con soltarlo en el aire para que comenzara a volar.

“Tello se apalanca de las tecnologías de Intel con chips de procesamiento y de estabilización de vuelo de DJI. Juntas, aseguran que Tello pueda volar de forma estable en todas partes, incluyendo interiores. El resultado es un mini dron que es extremadamente fácil y divertido de usar, incluso para pilotos primerizos”, dijo Cinzia Palumbo, Directora de marketing de DJI en América Latina.

El DJI Tello fue, efectivamente, el dron más sencillo de operar que he probado. La experiencia comenzó desde que lo saqué de la caja: ya estaba armado, y para usarlo no tuve que hacer nada más que cargar la batería. Nada de colocar hélices, protecciones u otros accesorios complicados.

La caja, por otro lado, parece sacada del departamento de juguetería de cualquier supermercado. Perfectamente me imagino a un muñeco de acción dentro de su empaque. Además del dron hay una batería y hélices de repuesto, pero no control remoto ni tampoco cable de carga. El control es una app móvil y el cable… tuvo que ser el mismo de mi celular, con entrada micro USB.

Con la batería montada y cargada, y la app Tello descargada en mi celular, estaba listo para levantar el vuelo. Después de un par de intentos fallidos descubrí el procedimiento correcto. Primero hay que encender el dron y conectarse a la red WiFi que genera para el celular. Sólo después hay que abrir la aplicación oficial para que detecte la conexión y pueda comenzar a utilizarse.

Volar es muy fácil. La app tiene un botón que se presiona para que el dron se eleve automáticamente unos centímetros. Como si fuera un control de videojuego, hay dos palancas: una eleva el dron hacia arriba, abajo y los lados; y otra lo gira sobre su propio eje. Una vez entendido el proceso, lanzarse a explorar el terreno es pan comido.

El DJI es pequeñito y ligero… tanto, que se lo puede llevar el viento. Por eso está pensado para usarse casi siempre en interiores. Jugar con él en la calle o un parque puede ser divertido, pero sólo si el clima es perfecto. Yo solo pude hacerlo un rato, antes de que comenzara a soplar un viento que amenazaba con desbalancearlo. Como sea, el Tello no se eleva mucho: el modo seguro de baja velocidad solo llega a 10 metros, con una opción máxima de 100 metros para gente más experimentada. El video que graba es calidad HD de 720p, y las fotos son de 5 MP. No esperes tomas espectaculares, pero sí divertidas.

Fue ya entrado en confianza que me la pasé mejor. El modo lanza y vuela fue el que me permitió lanzar al aire el dron desde la palma de mi mano, y después pude acercarlo de nuevo para que aterrizara suavemente en mi mano.

Con el modo Rebote, el Tello me recordó por qué es un juguete. Tras activarlo, comienza a brincar por el aire mientras vuela. Con Volteretas 8D, el dron se echa maromas, y con 360, la navecita gira sobre su eje mientras graba un video. Para explorar todavía más, Tello ofrece Scratch, un lenguaje de programación fácil con el que los usuarios pueden dictar instrucciones al dron.

Entre tanta diversión, solo encontré un pero: que la app sea en inglés, lo que podría dificultar su uso por niños. Si no es inconveniente, entonces el DJI Tello será uno de los mejores drones miniatura que podrás comprar, y también uno de los más accesibles.

 

 

José Luis Adriano I Agencia Reforma

 

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