Todo un paraíso: República Dominicana
 
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Todo un paraíso: República Dominicana

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Al ritmo de la bachata y el merengue los viajeros viven el bien llamado frenesí. Y es que cada uno de los paradisíacos rincones de este destino atrae a los trotamundos con diversos imanes: idílicas playas, irresistibles palmeras, interesante cultura, un nutrido catálogo gastronómico y musical, así como una gran oferta hotelera.

Portando sombreros de palma, gafas y hasta chanclas de vestir, los paseantes suelen aterrizar en Santo Domingo, capital de República Dominicana.

Pronto, los profesionales de la hotelería dan la bienvenida descansando la palma de sus manos en el corazón, como señal de que tratarán de hacer realidad casi cualquier deseo que el viajero llegue a manifestar.

Favorito de los enamorados, hasta República Dominicana llegan quienes quieren comprometerse, celebrar el enlace de sus sueños, su luna de miel o, bien, algún festejo importante.

Basta con señalar, por ejemplo, que el Hodelpa Nicolás de Ovando es un hotel de lujo en Santo Domingo que enmarca —con cerámica de época, mármol y gobelinos— bodas de ensueño.

En Santo Domingo, “lo que no tenemos se lo fabricamos”, afirma Carlos Romero, guía del Ministerio de Turismo, prometiendo un mar de historias por contar y presumiendo una gorra cuyas letras bordadas aseguran que: “República Dominicana lo tiene todo”.

En esta capital hay muchos pasajes históricos por descubrir y cualquier itinerario turístico debe incluir una visita al Alcázar de Colón, la Plaza de España, la Fortaleza Ozama, las ruinas del hospital San Nicolás de Bari, el convento de los Dominicos y la Catedral Primada de América, entre otros muchos atractivos.

Turisteando a bordo de calandrias se conocen varias de las leyendas del que es considerado el primer asentamiento europeo en América.

La arquitectura, el ir y venir de las palomas, el aleteo de las prendas de época, las artesanías, el estilo de vida y el mestizaje cultural asombran en una ciudad tan caliente como musical, una donde los músicos van y vienen —con sus percusiones, requintos y hasta peines que usan como instrumentos— entre calles y restaurantes, una que amanece y anochece bailando.

Pero también hay que aventurarse a conocer otros sitios como La Romana, que cuenta con bellas playas, campos de caña de azúcar y sitios con gran encanto como Altos de Chavón.

Punta Cana, otro de los grandes consentidos, no podía quedar atrás. Además de su costa de blanquísima arena, presume desde hoteles boutique hasta lujosos resorts y es paraíso tanto de golfistas como de viajeros sibaritas que aman celebrar la vida.

 

El columpio de las maravillas

Aproximadamente a una hora de Punta Cana, el municipio Miches alberga uno de los sitios más antojables, sucede que desde la cima de la Montaña Redonda se puede ver la Bahía de Samaná, las cordilleras de Miches, la playa Costa Esmeralda y las lagunas El Limón y La Redonda. Nada como subirse a un columpio ubicado al borde de la colina y admirar un paisaje dominicano que roba, más que el aliento, el alma.

 

Cuando vayas a República Dominicana no dejes de:

– Realizar un recorrido por Santo Domingo, la capital, para conocer su historia a través de diversas joyas arquitectónicas como el Alcázar de Colón, el convento de los Dominicos y la Fortaleza de Ozama, entre otros.

– Maravillarse con la vida cotidiana, ver el vuelo de las palomas, gozar de la hospitalidad y el festivo espíritu dominicano y, ¿por qué no?… moverse a su ritmo.

– Admirar las muñequitas sin rostro y de vestir festivo, resultado del más puro mestizaje entre las culturas africana, europea y taí indígena.

– Visitar el Museo del Cacao y el Chocolate Kah Kow, también en la capital, para conocer los procesos de elaboración y probar alguna delicia.

– Disfrutar de alguno de los tantos resorts que presume Punta Cana. El viajero elegirá si prefiere jugar golf, relajarse en las amplias playas de fina arena o tomar un tratamiento de spa.

– Descubrir la isla Saona. Todo un escape tropical de ensueño con sus envidiables playas y cocoteros gigantes. Ideal para los lunamieleros, pero también para los enamorados de la vida.

– Ir a Altos de Chavón. Un encantador pueblo, esculpido en piedra al estilo de una población mediterránea del siglo 16, en donde convergen el arte, la cultura y la moda.

 

GUÍA PRÁCTICA

CÓMO LLEGAR

Nuestra experiencia: volamos desde Ciudad de México a Santo Domingo, con Aeroméxico.

 

DÓNDE DORMIR

Hilton Romana. El resort en plan todo incluido es perfecto para una escapada romántica o para vacaciones familiares o con los amigos.

The Westin Puntacana Resort & Club. Todo un recinto de bienestar.

El hotel Sanctuary Cap Cana. Una ola de servicios personalizados satisfacen a los huéspedes más exigentes.

Tortuga Bay Puntacana Resort & Club. Hotel boutique reconocido con cinco diamantes.

 

TOMA NOTA

Debes probar el ron y los guisos que mezclan plátano machacado con res y cerdo, arroz y potajes de frutos tropicales.

 

 

Lupita Aguilar I Agencia Reforma

 

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