Cinco horas seguidas no bastaron para desbloquear a todos los personajes ni explorar todas las posibilidades del juego, pero si algo comprendí ese jueves a las 4 de la mañana, acompañado de dos leales amigos, fue que Super Smash Bros. Ultimate es un juego que disfrutaré toda la vida.

Han pasado casi 20 años desde que Nintendo tuvo por primera vez la idea de mezclar en un mismo videojuego de peleas personajes de distintas franquicias. Y, al ver a más de 70 de ellos reunidos en Super Smash Bros. Ultimate, que llegó a Nintendo Switch esta semana, es difícil imaginarse que en aquel Super Smash Bros. de Nintendo 64 sólo había 12 personajes disponibles.

En marzo de este año Nintendo anunció que un Smash llegaría a su consola Switch, cuatro años después del lanzamiento de Super Smash Bros para Wii U y Nintendo 3DS. Yo fui uno de los que creyó que la empresa simplemente haría una copia mejorada de sus juegos de 2014 y los montaría en el Switch, de forma similar con Mario Kart o Pokkén Tournament.

Sin embargo, Super Smash Bros. Ultimate es una experiencia nueva, diferente y completa de la saga. Para empezar, tiene a World of Light, un modo historia donde, con ayuda de Kirby, hay que rescatar a todos los personajes del juego, víctimas del poder de un nuevo villano. Con niveles de dificultad para elegir, y con hasta tres partidas disponibles, aquí hay muchas horas para entretenerse.

Además de personajes y ayudantes, el juego tiene más de mil Espíritus por desbloquear: tarjetas de personajes de decenas de franquicias que disponen de sus propios retos, y quienes también juegan un papel importante en el modo historia.

El alma de Smash siempre han sido sus batallas épicas, y en Super Smash Bros. Ultimate no es la excepción. Cuesta un rato acostumbrarse a los nuevos gráficos, efectos y movimientos, en comparación con el juego para Wii U, pero tras un par de batallas, mis amigos y yo comenzamos a apreciar los rediseños de los personajes, como Link, ahora basado en el de Breath of the Wild, o los cambios en los ataques que tuvieron otros peleadores.

Como novedades en las batallas Smash se encuentra la posibilidad de personalizar las reglas y luego guardarlas, para acceder más rápido a batallas con 14 vidas, cero objetos y bolas Smash al por mayor, por ejemplo. También llega una nueva barra Smash, que se va cargando conforme recibes daño y al fin activa el poder final de tu personaje.

Al término de la jornada, desvelándome en fin de semana y sabiendo que tenía obligaciones al día siguiente, Smash Ultimate me hizo revivir las noches de batallas intensas en mi casa de estudiante universitario, rodeado de amigos y sintiéndome invencible. Y al menos para mí, si un juego me hace pasar momentos así, entonces es que vale la pena.

Conclusión

No es difícil meter a Super Smash Bros en la terna de los mejores videojuegos del año, junto con otros títulos que han destacado como God of War o Red Dead Redemption 2, pero indudablemente es el mejor juego de 2018 para Nintendo Switch. ¿Existirá otro Super Smash en el futuro? Si la respuesta es sí, superar Super Smash Bros. Ultimate será una odisea.

Lo mejor

Super Smash Bros. Ultimate tiene diversión para todos: batallas Smash clásicas, un nuevo modo de Aventura, decenas de personajes jugables y miles de posibilidades para explorar solo o acompañado, con una fluidez y jugabilidad perfecta.

Lo peor

Con batallas llenas de explosiones y varios personajes corriendo por la pantalla, será difícil llevar la cuenta de quién es quién al jugar en modo portátil con la Switch, sobre todo con más de cuatro jugadores. Al jugar en modo consola tradicional, por otro lado, los Joy-Cons pequeñitos serán incómodos después de varias horas. Si tienes un Nintendo Joy-Con Pro Controller, estarás del otro lado.

José Luis Adriano I Agencia Reforma