El príncipe Enrique y su esposa, Meghan, que desde hace tiempo manifiestan dificultades para soportar la presión mediática que implica su posición, comunicaron este miércoles que renunciarán a sus funciones de primer rango como miembros de la familia real británica.
Este inesperado anuncio de los duques de Sussex tiene lugar tras un año de crisis para los Windsor, que vieron a su tío, el príncipe Andrés, salpicado por el caso de su amigo Jeffrey Epstein, el financiero estadunidense acusado de violación a menores y hallado muerto en una cárcel de Nueva York.
En un mensaje calificado de personal, Enrique, de 35 años, y la exactriz estadunidense Meghan Markle, de 38 años, anunciaron su “intención de retirarnos como miembros
de primer rango de la familia real y trabajar para adquirir independencia financiera, sin dejar de apoyar plenamente a su majestad, la reina”.
“Después de muchos meses de reflexión y discusiones internas, hemos elegido iniciar una transición este año y empezar a labrarnos progresivamente un nuevo papel dentro de esta institución”, añadieron.
La pareja, que por primera vez pasó estas Navidades en Canadá con su bebé, Archie, y la madre de Meghan, Doria Ragland, afirmó desear repartir a partir de ahora su tiempo entre Reino Unido y Norteamérica.
La familia real británica, que no pasa por su mejor momento, afirmó entender la inquietud de la joven pareja pero advirtió de lo complicado de tal decisión.
“Las discusiones con el duque y la duquesa de Sussex se hallan en un estado precoz”, afirmó un comunicado del palacio de Buckingham. “Comprendemos su deseo de iniciar otra andadura, pero son cuestiones complicadas que requieren tiempo para ser resueltas”, agregó.
Enrique y Meghan se casaron en el castillo de Windsor en 2018 tras un rápido noviazgo que causó sensación en la opinión pública.
Desde su boda, la pareja pasó a ser una de las obsesiones de la voraz prensa sensacionalista británica. Enrique, hijo del príncipe Carlos, el heredero de la Corona, es sexto en la línea de sucesión.
AFP | London