El Estafador de Tinder, nueva tendencia en Netflix
Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjöholm y Ayleen Charlotte son tres mujeres que mantuvieron una relación amorosa o de amistad con un israelí que se presentaba como Simon Leviev.
Mediante la aplicación Tinder, las mujeres acordaron una cita para conocer a un hombre que decía ser el heredero de un multimillonario dueño de una firma de diamantes y que él había pasado a liderar el negocio.
Un estilo de vida ostentoso, un jet privado y cerca de 100 mil seguidores en Instagram parecían material suficiente para confiar en él en un comienzo y luego pasar por alto ciertos aspectos de su vida que podrían haber despertado alarmas, como que había estado en prisión en Sudáfrica o necesitaba repentinamente préstamos de un valor muy alto.

Un periódico noruego destapó el caso en 2019 en un artículo titulado The Tinder swindler. Esa investigación –desarrollada durante medio año y realizada entre tres periodistas y un editor– reveló que Simon Leviev era solo uno de los nombres que había asumido Shimon Hayut, expuesto como un estafador desde que era adolescente y perseguido por diferentes delitos en distintos puntos de Europa.
Cecilie y Pernilla eran las protagonistas claves del reportaje, mientras que Ayleen era su pareja desde hace más de un año cuando se publicó la noticia, como se aprecia en el documental El estafador de Tinder.
Su estrategia para embaucar a sus víctimas era calcada y propia de un esquema Ponzi: cuando ya estaban juntos llegaba un momento en que le decía a la mujer de turno que había sufrido un violento ataque junto a su guardia personal y pedía que le ayudaran con dinero. Todo bajo la excusa de que no podía ocupar sus tarjetas personales debido al conflicto que presuntamente mantenía con sus “enemigos” en el mundo de las joyas. Los estratosféricos montos que gastaba nunca los devolvía, porque esa cifra que pedía prestada posteriormente la utilizaba con la siguiente persona que conocía a través de la app de citas. Una fórmula que repitió una y otra vez, arruinando las finanzas de quienes hoy lo denuncian.
A fines de 2019, Hayut fue declarado culpable de robo, fraude y falsificación de documentos en Israel, pero solo por delitos que cometió localmente. Todos los casos de los que fue protagonista en Europa no han sido juzgados y difícilmente lo serán, por la complejidad que se abre en términos de la jurisdicción. Y la pena que debía cumplir en su país –15 meses– finalmente se redujo a cinco meses por su buena conducta, por lo que hoy vive en libertad a sus 31 años. Su cuenta de Instagram acumula 136 mil seguidores, y nada asegura que no reincida en sus conductas delictuales.
Su fraude es el centro del largometraje de Netflix dirigido por Felicity Morris (No te metas con los gatos: Un asesino en internet) que debutó este miércoles en todo el mundo. El eje del documental no es tanto el perfil de Hayut como la historia de engaño que sufrieron Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjöholm y Ayleen Charlotte, quienes cuentan a cámara su brutal experiencia.
Con información de La Tercera
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