Ana Cristina Vargas I Agencia Reforma
Puede verse espectacular con un vestido sexy, pero para Jennifer Lawrence la prenda que mejor luce
es la generosidad.
Mujeres fuertes y empoderadas son la constante en los roles que ha elegido en su carrera, con la intención de dar lo mejor de ella misma al público.
“Nunca he querido hacer algo, o decir algo, en ninguna de mis acciones o en alguno de mis personajes que no me hagan sentir que voy a beneficiar a la gente”, señaló la actriz durante una videoconferencia para promocionar su más reciente filme, Operación Red Sparrow.
Con personajes como Katniss, en Los juegos del hambre; Joy, en la cinta homónima y, próximamente, Dominika en Operación…, la ganadora del Oscar en 2013 considera que siempre ha buscado usar su trabajo y su fama para mejorar el mundo.
“Me siento responsable. Es importante balancear la combinación entre el mundo de la política con la industria del entretenimiento.
“Yo nunca pondría algo en el mundo, en mi vida personal o en mi carrera profesional, especialmente, que no sienta que beneficia a la gente de algún modo”.
Misión que ha perseguido como parte del movimiento #MeToo, que promueve denunciar la agresión y el acoso sexual contra las mujeres, un problema que lamenta, se confunda como sexismo.
Es por ello que le indignaron las críticas que recibió el miércoles en redes sociales por el simple hecho de usar un vestido escotado de Versace durante la promoción de Operación… en Londres, pese al clima frío de la ciudad.
“Yo puedo vestir lo que quiera vestir; eso fue simplemente un abuso de la gente que usa mi nombre, pero lo importante que todos necesitamos recordar es que las palabras importan, así que si tienes algo importante que decir, dilo”, exhortó.
“Sólo tratan de crear controversia con mi nombre porque soy famosa y es tonto. A propósito, el vestido es fabuloso”.
Una heroína sensual
En Operación red Sparrow, dirigida por Francis Lawrence (Los juegos del hambre), con quien Jennifer trabaja por cuarta vez, la actriz da vida a una mujer rusa, llamada Dominika; una bailarina que luego de sufrir un accidente, es obligada a inscribirse en una escuela de espionaje.
“Lo que me gusta de esta película es que no estoy interpretando a una mujer de James Bond.
“Es una heroína porque usa las habilidades que tiene una mujer: es intuitiva, es cariñosa, y, por supuesto, es sensual. Todo eso fue muy importante para mí y es la razón por la que esta película es única”, apuntó la protagonista de Los juegos del hambre.