La llegada del solsticio de verano representa en muchas culturas la fertilidad de la tierra, el inicio de un nuevo ciclo y la abundancia en la producción alimentaria, representa también decirle adiós a la primavera y darle la bienvenida al verano.
Este 21 de junio será el día más largo del año con este nuevo ciclo, que además marca el inicio de la temporada de lluvias y este año, el solsticio será exactamente a las 9:13 horas, horario del Centro de México.
“La palabra solsticio viene de ‘sol’ y y ‘sistere’ (quedarse quieto) ya que el movimiento estacional de la trayectoria diaria del Sol (como se ve desde la Tierra) parece ‘quedarse quieto’ en un límite norte o sur antes de invertir la dirección.
“Es un evento que ocurre cuando el Sol alcanza su máxima declinación norte o sur en relación con el ecuador, por lo tanto, hay dos solsticios que ocurren anualmente: uno alrededor del 21 de junio (comúnmente conocido como “solsticio de verano” por ser el primer día de verano y el día más largo del año) y el 21 de diciembre (comúnmente conocido como “solsticio de invierno” por ser el primer día de invierno y el día más corto del año)”, según explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esta fecha simbólica, que reúne tradiciones y celebraciones en distintas geografías, está marcada en el calendario de la ONU como el Día Internacional de la Celebración del Solsticio, porque además del cambio estacional, se evoca al renacimiento y a la esperanza.
“El solsticio de verano está asociado a la cosecha, la abundancia y la fertilidad. Asimismo, se asocia al Sol con el renacimiento y la esperanza. Por ejemplo, los egipcios tenían el inicio del año nuevo marcado en este día, pues coincidía con las inundaciones del Río Nilo”, completa el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de la Ciudad de México.
Rebeca Pérez Vega
Agencia Reforma
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