Mientras la noche caía en el Autódromo Hermanos Rodríguez, amantes de la música electrónica de varias nacionalidades disfrutaban el EDC repartidos en sus nueve escenarios.
Algunos iban a ver a Paul van Dyk; otros, a Alex Di Stefano, pero todos con una idea en común: divertirse, bailar y pasarla bien en pareja o con los amigos.
Y los que aún no tenían interés en ver a nadie, se sentaban en el piso para comer hot dogs gigantes o palomitas, o bien, se iban a apartar un lugar a las grandes filas de la rueda de la fortuna o el booster.
“Yo vine a esperar a DJ Snake, pero me la paso bien escuchando otras propuestas”, dijo Cristian, uno de los miles de asistentes que llevaban la cara pintada.
Varios fans terminaban paseando, buscando algún acto o DJ que les llenara los oídos, o sentados con los escenarios al fondo, tomándose selfies.
En el Dos Equis Stage, a las 19:00 horas, DJ Marlboro se prestó más para los ritmos del “perreo intenso”. Aunque contó con poco público, los ritmos del canto italiano antifascista “Bella Ciao”, o “Day Tripper”, combinados con letras en portugués, llamaron la atención de quienes pasaban por la zona.
Y después, los sonidos de la favela inundaron el resto de su set, creando el escenario perfecto para batallas de danza en las que, quien aguantara perreando más, o más cerca del suelo, salía victorioso.
Chris Lake, en el escenario circuitGROUNDS, casi literalmente incendió la noche gracias a sus juegos pirotécnicos, en un acto de una hora y 20 minutos.
Y Di Stefano combinó un set colorido con beats variados en un set que comenzó a las 18:45 horas en el stereoBLOOM.
Tornamesistas como Kygo, Kaskade y W&W tocarían más tarde en el escenario principal, el kineticLOVE.
Alejandra Flores
Agencia Reforma
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