San Bartolo fue uno de los 12 apóstoles de Jesús y como todo mártir de la iglesia, padeció un largo tormento a la hora de su muerte. El 24 de agosto, día de su celebración, se dice que el diablo anda suelto y esto podría desatar una serie de actos extraordinarios e inexplicables que atentan contra los seres humanos.
La leyenda que involucra a San Bartolo y al diablo es originaria de Perú y hace referencia al Valle de Chicama. En este lugar, se cuenta que el Diablo retó al santo en una de sus peregrinaciones, luego de tentarlo de mil maneras que fueron ignoradas.
Como los otros habitantes de Chicama caían ante las provocaciones del Diablo, y perdían así todas sus posesiones, San Bartolo se interesó en los acuerdos que hacía la población con el señor de las tinieblas y decidió escucharlo. Interesado por la curiosidad del santo, el Diablo lo retó a una carrera en la apostó la libertad de molestar o salvar a las almas de esta región de Perú.
Tras correr una ruta de 7 kilómetros, la leyenda narra que el Diablo se paró a descansar queriendo aprovechar la ventaja que llevaba sobre San Bartolo, quien tras encomendarse a Dios y confiar en un acto de fe, dio un salto inesperado que aventajó al Diablo y lo hizo cruzar todo el río de Chicama en un santiamén.
El Diablo, sorprendido y desconcertado intentó seguir al santo pero tropezó y cayó al río siendo víctima de su propia tentación. En venganza y recuerdo a esta humillación, una vez que el Diablo logró salir, decidió que en cada día de San Bartolo volvería a la Tierra para molestar a los creyentes y jugarles bromas pesadas.
El 24 de agosto, según la tradición popular, se recomienda a las personas no jugar con fuego, armas, ni nadar en las profundidades de las aguas, ya que el Diablo podría desatar una tragedia con tal de molestar al también llamado San Bartolomé.
La carrera se realizó en el monte Gasñape donde los pobladores aseguran que aún es posible ver la huella que dejó el pie del santo sobre una roca. De igual modo, se dice que las aguas cercanas a la región se mantienen turbulentas en memoria al berrinche realizado por el Diablo en este lugar.
El apostol Bartolomé es mencionado en los evangelios sinópticos en los que se le narra en compañía de Felipe. También es identificado como Natanael, y según el Evangelio de San Juan fue uno de a quienes Jesús se le apareció en el Mar de Tiberiades después de su resurrección.
Fue testigo de la ascensión de Cristo a los cielos y después predicó el evangelio en India, donde llevó consigo el Evangelio de Mateo escrito en arameo. Según la tradición armenia, predicó en este país junto a Judas Tadeo y por ello ambos son considerados los patrones de la Iglesia Apostólica de Armenia y de Azerbaiyán.
Este santo fue desollado vivo bajo las ordenes del rey de Armenia, Astiages, hermano de Polimio a quien el santo convirtió al cristianismo según la tradición popular.
Como los sacerdotes de templos paganos levantaron una queja ante Astiages por la falta de creyentes, este obligó al santo a adorar a sus dioses paganos, algo a lo que Bartolomé se negó. San Bartolo perdió la vida en su tormento, ya que nunca negó su creencia ni fe en Jesucristo, por lo que su historia fue retomada entre las de los santos mártires como Sebastián, Pedro y Esteban.
Se cree que sus reliquias se encuentran en al Isla Tiberina de Roma y son veneradas en la Colegiata de Fráncfort del Meno. Su festividad es el 24 de agosto.
San Bartolomé es patrón de quienes trabajan las pieles, fabrican cuero, se dedican a la encuadernación, cultivo de ganado y pastoreo. También de los modistas y fabricantes de textiles, así como de las personas con enfermedades nerviosas y de quienes padecen convulsiones.
Redacción web
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