“Soy remaradoniano (fan), lo amo a Diego. Me levantaba a las seis de la mañana para verlo en el juvenil (campeón mundial Sub 20 en Japón 1979)”, afirmó Jean Pierre Noher, quien interpreta al segundo apoderado y representante de Maradona, Guillermo Cóppola, a quien la serie no deja muy bien parado presuntamente por demorar la asistencia médica en su primera crisis de salud.
Su segundo hogar es también una locación real: la casa de la calle Lascano, en el barrio de clase media baja y obrera de La Paternal, comprada por Argentinos Juniors.
En la puerta de calle, Maradona conoce a quien será su novia y única esposa: Claudia Villafañe, casualmente vecina de enfrente.
La prensa argentina señaló que la producción contó con el visto bueno de Maradona y el cuestionamiento de Villafañe, quien le dio sus dos primeras hijas, Dalma y Gianinna.
La familia entera del ídolo está embarcada en pujas judiciales. Una de ellas es la investigación por supuesta mala praxis y negligencia médica en la muerte de su padre, hace casi un año, y otra, por los derechos de uso de la marca Maradona.
La leyenda no descansa en paz, pero revive en las pantallas.
AFP I Buenos Aires