“Unidos, el hombre y la mujer forman el ser humano completo. Separados, a ella le falta la fuerza corporal del hombre y su capacidad de razonar con sentido de la realidad. Él, por su parte, extraña la ternura y suavidad de la mujer, su sensibilidad y perspicacia. Un hombre solo es un ser incompleto. Igual sucede con la mujer. Solos, cada uno es como la mitad de unas tijeras cuyas dos partes, si no están juntas, no sirven para nada”.
Esas palabras son de Benjamín Franklin. Las escribió en un pequeño ensayo cuyo título es Consejos para escoger una amante.
Desde luego las opiniones del ingenioso -y cachondo- prócer norteamericano no serán del gusto ni de los machistas ni de las feministas de hoy. Sin embargo hay en ellas una dosis considerable de buen juicio. Ciertamente la mujer necesita del hombre, y éste de su compañera. Podrán ir solos por la vida, pero la naturaleza los hizo para unirse.
Yo aplaudo a la naturaleza por ese sapientísimo diseño.
(Claro, no doy el aplauso en el momento de la unión).
¡Hasta mañana!…
“Un sultán tiene 24 esposas”
Mirando las cosas bien
se las ha de ver muy negras,
pues el infeliz también
tiene 24 suegras.