Inútil, así se puede calificar a la actual legislatura local. Becados: la mayoría de sus integrantes. El cómodo y alineado Congreso hidalguense careció, estos tres años, de trabajo legislativo a favor de los ciudadanos; desde sus cómodas curules han palomeado sin discusión leyes y reformas. Eso puede cambiar. La falta de una mayoría absoluta obligará al Congreso a pensar, a dejar de ser vividores de traje y cenas finas. Otro beneficio de la pluralidad.
El PRI ostentará a lo mucho 15 diputaciones; se sumarán las del Panal y PES; sin embargo, por primera vez en la historia del estado, la oposición tendrá peso específico, lo que de entrada beneficia a Hidalgo.
Utilidad es lo que esperamos los ciudadanos del Congreso, no sólo un costoso grupode holgazanes que trabajen dos días a la semana. Compromiso no sólo del grupo en el gobierno, sino de la oposición, que debe ser contrapeso, más no negociador de prebendas políticas.
Por primera ocasión, conoceremos un gobierno que deba dialogar con el Congreso local y será la primera experiencia de una oposición real en el recinto. Son dos oportunidades únicas que pueden replicarse o perderse dentro de tres años, cuando se renueve el poder Legislativo.
Los hidalguenses no queremos más diputados holgazanes, comodines y oportunistas que se dediquen sólo a engrandecer su patrimonio. No lo merecemos y para ello se ha dado un paso histórico.