Hace 25 años, el joven Macario brindó su primera entrevista a Grupo Reforma, en la cual afirmó que el aire es su elemento favorito. Confeccionar vestidos en texturas volátiles que se adhieren al cuerpo de la mujer como segunda piel ha sido su pasión.
Y es que las prendas de este inquieto creador flotan en las páginas de la moda mexicana lo mismo vistiendo a las primeras damas que a estrellas de cine y socialités, la mayoría de las cuales se han convertido en sus grandes amigas y cómplices.
Sus colores y texturas delicadas rematan en profundos escotes, aberturas en las faldas y transparencias que asoman el cuerpo de la mujer, incluso desnudo, hecho que lo ha mantenido vigente durante este cuarto de siglo.
Egresado de la famosa escuela Marangoni, Macario siempre tuvo claro que quería regresar a México, a su país, a hacer trayectoria. “Aunque me hubiera quedado allá nunca hubiera sido un diseñador italiano. ¿Por qué pensar que todo lo que sucede fuera de México es mejor?”, se cuestiona en plenitud, satisfecho de una carrera en la que nunca ha tenido que trabajar, ya que hacer vestidos le proporciona un permanente goce.
En el recuento de estos años de arduo trabajo, Macario recuerda un niño de nueve años que se autodiseñaba ropa incluso con las cortinas de casa. Las primeras máquinas de costura, regaladas por la tía Yuya, fueron cómplices de un joven que sabía lo que quería en la vida.
“Soy un gran afortunado, un bendecido al hacer lo que me gusta”, confesó, agradecido con la vida.
Un diseñador con éxito, rodeado de amor, convencido de que la fama llega cuando haces las cosas bien, sentado ahora en una hermosa casa de modas situada en Las Lomas, dominada por desniveles y anaqueles con mascadas de seda, azules, lilas, rosa, verdes.
“En estos años como diseñador aprendí a ser humilde y eso es lo más grande que me pudo pasar. Me siento feliz comiendo con mi equipo en la cocina. Me emociona oír que alguien quiere venir en sábado o en domingo a continuar sus tareas”, señaló el creador de un estilo inconfundible que puede verse en cualquiera de sus creaciones.
Y es que el diseño de alta de moda de Macario Jiménez es además de exquisito, profundamente respetuoso, y por eso su nombre está ya inscrito en la moda nacional.
Lupita Aguilar I Agencia Reforma