Cuando las fuerzas invasoras francesas llegaron a Veracruz para ocupar la ciudad portuaria y luego una buena parte del territorio nacional, más de uno imaginó que los mexicanos se unirían contra el enemigo pese a las enormes diferencias que les aquejaban. Pero no. Las clases políticas de la época juarista se dividieron, unos en torno al benemérito de las américas, y otros en favor de los extranjeros que amenazaban al país.
Hoy, en pleno siglo XXI, parece que no hemos aprendido la lección.
Y lo digo por un tema al parecer banal, pero que nos retrata de manera perfecta: la famosa marcha Vibra México, programada para el próximo sábado, a fin de “manifestar nuestro rechazo e indignación contra las pretensiones del presidente Trump”, según explican los organizadores.
Pues bien: la marcha no se realiza aún y ya las redes sociales están divididas en torno a la manifestación. Hay por un lado voces que invitan a la caminata de protesta, y por el otro, voces que critican la iniciativa y acusan a los organizadores de usar la marcha para limpiar la cara de Enrique Peña Nieto con un presunto mensaje de apoyo al presidente mexicano.
Así las cosas, las descalificaciones entre bandos (sobre todo por personas anónimas) han sido despiadadas.
No estoy seguro de que Donald Trump esté al corriente de lo que ocurre antes de la marcha, pero sus hombres en México sí lo saben, y tomarán ventaja de ello. Una división entre mexicanos por un asunto como el de la manifestación es terrible. No pido que todos vayan a la protesta, pero sí que no se le ataque. No por nada dicen que somos como cangrejos en balde.