El obispo de la Diócesis de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, consideró que en lo que va del año la situación de violencia e inseguridad ha aumentado en forma alarmante.
Externó, con preocupación, que la ola de violencia se ha extendido a regiones donde antes no era común.
“Como a los territorios de Huichapan o Nopala, que estaban poco habituados a los crímenes de la alta delincuencia, donde sus problemáticas eran otras”, reprochó.
Insistió que, antes, los “focos rojos” solo se tenían en la región Tula-Tepeji, en municipios como Tezontepec de Aldama, Tlahuelilpan, Tetepango y Ajacuba, pero “hoy se ha vuelto un tema generalizado”.
“La inseguridad e impunidad en el país ha empeorado, lo que preocupa a la sociedad, sobre todo porque han aumentado los homicidios, los feminicidios y la saña con la que se cometen”, expresó.
Reiteró que lejos de solucionarse, la situación empeora día con día.
“Y eso preocupa porque ya no respetan la vida humana y su dignidad, sino que ya un asesinato es de lo más normal”, dijo el obispo.
Condenó que la delincuencia ya no se conforma con robar y asaltar, sino que “ya mata, comete delitos contra la salud, viola y otras atrocidades”.
Ese es el “común denominador” de la mayor parte de mexicanos y la incidencia alcanzó al territorio diocesano, reconoció el jerarca católico.
Ante este panorama, el clérigo llamó a la sociedad a bien educar a las personas desde el seno familiar.
Miguel Ángel Martínez
Tula de Allende