Delegados de cinco comunidades de Zimapán aledañas al barrio El Calvario, sitio donde se asienta la compañía Minera y Beneficiadora Purísima S. de R.L., acusaron que la empresa vierte desechos del beneficio de los minerales metálicos (jales) a la barranca San Miguel, contaminándola.
La polución se extiende al agua del arroyo, en detrimento de la salud de los pobladores de Tolimán, Macaxhini, Chepinque, San Antonio y San Miguel, señalaron.
“El problema no solo se limita a lo que se está vertiendo a los arroyos, es también la creación de nuevas presas de jales”, señaló uno de los representantes vecinales, lo cual —dijo— es permitido por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Informaron que desde agosto ingresaron un documento al ayuntamiento en el que exponen la contaminación de la empresa hacia el caudal y solicitaron la intervención del presidente Alan Rivera Villanueva, pero no ha habido ninguna respuesta.
Ante la indiferencia de las autoridades se acercaron a la minera para manifestar su inconformidad, pero la respuesta de la compañía ha sido “de intimidación”, por ello han recurrido a la denuncia pública para solicitar ayuda de las autoridades federales.
Indicaron que en temporada de lluvias, las corrientes arrastran los jales mineros, “porque estos no tienen un tratamiento adecuado, se encuentran a cielo abierto”, lo cual extiende la contaminación a otras zonas.
Antonio Reyes I Zimapán