La activista Elizabeth Cabrera, quien representa a un grupo conformado por madres autónomas y tutores, recriminó la negligencia tanto de las instituciones como del Estado ante el bullying que prevalece en los centros escolares.

Indicó que en Tulancingo tienen documentados al menos tres casos de niños, de escuelas públicas y privadas, que son víctimas de violencia escolar, al grado que uno de los afectados, de siete años de edad, manifiesta ideas suicidas.

“No son casos aislados, tenemos muchos niños, niñas, que están sufriendo acoso escolar tanto por maestras, directores y por sus compañeros”, refirió.

Lamentó que haya adultos que insisten en normalizar el bullying bajo el argumento: “Alguna vez lo padecimos y lo resolvimos solos”, “Alguna vez lo sufrimos y sobrevivimos”.

Advirtió que “romantizar” el acoso y la violencia escolar es sumamente grave para la salud emocional y psicológica de las infancias, además de que también se les minimiza con el uso de frases, como “generación de cristal” o “no aguantan nada”.

Aunque aclaró que no son todos, señaló que sí son muchos los directivos, docentes y hasta personal administrativo o de intendencia los que aplican este tipo de acoso en los planteles.

Reprobó la negligencia por parte de las autoridades que deberían atender de forma multidisciplinaria este creciente problema, pero les resulta más fácil abandonar o aislar al menor víctima de bullying: “Tenemos casos en los que la opción ha sido mandarlos a tomar clases en línea”.

Alertó que existen menores en los que el bullying pasó de las palabras a los empujones, las amenazas y los golpes: “Replican muchas situaciones que son de adultos, eso es grave”.

María Antonieta Islas | Tulancingo