Pese a la operación de bandas dedicadas al robo de hidrocarburo y la aparición de cadáveres con huellas de violencia, el inspector de la Secretaría de Seguridad Pública de Tula, Mario Vargas Soto, negó que en la Ciudad de los Atlantes se pueda hablar de “infiltraciones” del crimen organizado.

En entrevista con Criterio, el jefe policiaco reconoció que en los últimos meses, sin precisar cuántos, la actividad de los huachicoleros ha incrementado en localidades como Teocalco y Santa Ana Ahuehuepan, pero indicó que la vigilancia de ductos de la petrolera está asignada al Ejército mexicano, por lo que no es de su competencia.

No obstante, señaló que sí realizan operativos coordinados para frenar la comisión de este tipo de delitos: “Son para inhibir a los chupaductos, puesto que quienes sustraen combustible de manera ilegal no solo se ponen en riesgo a ellos mismos, sino que también exponen al resto de la ciudadanía, por eso llegamos a intervenir”.

Descartó que la aparición de un cadáver con huellas de tortura y los intestinos expuestos el pasado lunes en La Malinche tenga que ver con la ola de violencia que se ha vivido en municipios como Tepetitlán y las comunidades del norte de Tula. Indicó que la forma de asesinato es diferente a la que se utiliza allá: “Por lo que se aprecia, al individuo lo mataron con arma blanca”.

Aun así, el mando de seguridad reiteró que no hay presencia de células de grupos delictivos de alto impacto como en otros puntos del estado y aseveró que la delincuencia que hay en Tula se puede considerar “común”, solo infractores dedicados al robo a casa habitación, sostuvo.

A pesar de las constantes quejas ciudadanas sobre el aumento de robos en colonias como Barrio Alto segunda sección, San José, El Carmen e Infonavit San Marcos, aseguró que, desde su llegada a la titularidad de la SSP, los delitos han decrecido.

Miguel Ángel Martínez I Tula de Allende

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