Familiares de internos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tula de Allende exigieron que las autoridades encargadas del penal terminen con la corrupción que, dijeron, impera en el inmueble, pues indicaron que hay autogobierno por parte de los reos, así como venta de drogas y alcohol.
Por medio de un comunicado, firmado por 15 personas, los inconformes acusaron que los custodios de la prisión de Tula permiten que uno de los reos, a quien identificaron con las iniciales M. G. C., revenda materiales utilizados para trabajar como carpinteros o en otros oficios que les enseñan en la cárcel.
En el documento, señalaron que los internos deben comprar los insumos para los talleres a García Corona, quien reparte una fracción de las ganancias obtenidas con los guardias de seguridad a cambio de que le permitan seguir con dicha actividad.
Además, cuestionaron que se permita dicha práctica, pues supuestamente los reclusos tienen derecho a introducir sus propios materiales y no están obligados a comprárselos a “un acaparador”, a quien también acusaron de vender solventes y otras drogas.
Asimismo, los inconformes señalaron que el deseo de conseguir dinero para comprar dichas sustancias causa robos entre los reos, lo que deriva en peleas.
“Hemos sabido que, en ocasiones, ha habido trifulcas colectivas”, externan los quejosos en el comunicado.
Criterio buscó la versión de la dirección del penal de Tula; sin embargo, personal de la prisión dijo que se tenía que “esperar respuesta”.
AFECTADOS
Los familiares de los internos aseguraron que al menos 80 reclusos son afectados por dicha situación
A principios de diciembre pasado, el diputado federal Gustavo Callejas Romero acusó que hay casos de acoso sexual y otras anomalías en el interior del Cereso de Tula, por lo que exigió que el gobierno estatal realice una investigación
Miguel Ángel Martínez I Tula de Allende
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