Ayer, en el Día Internacional del Artesano, Diana Robles y María San Agustín, bordadoras de tenangos, señalaron la importancia cultural y económica que tiene este tipo de creaciones dentro de la Sierra Otomí-Tepehua.

Ambas coincidieron en que realizar estas piezas textiles ha influido en el empoderamiento de las mujeres, ya que han tenido que organizarse mediante colectivos para comercializar su trabajo.

Robles dijo que la elaboración de los tenangos se considera como un “ícono de rebeldía femenina”, ya que a muchas mujeres les ha brindado la posibilidad de tener nuevas oportunidades e incluso conocer lugares fuera de la región.

“Un claro ejemplo de esto son las cooperativas lideradas por mujeres de distintas edades, quienes tienen un objetivo en común: salir adelante a través de su trabajo artesanal. Ahora, además de otras actividades de carácter doméstico, académico o laboral, se dedican a exportar sus creaciones en distintos mercados, como en el extranjero (sic)”, añadió.

Por su parte, María San Agustín comentó que busca preservar la forma de crear tenangos: “Yo he intentado compartir el conocimiento con mis nietas, siempre les digo que así pude sacar adelante a sus papás. Fui madre soltera desde muy joven y siempre han sido un apoyo para mí los bordados”.

Añadió que, a pesar de que la confección de estas piezas no es exclusiva de las mujeres, continúan predominando estereotipos acerca de los roles de género.

Rechazan obra

• El 20 de febrero, Criterio publicó que María San Agustín indicó que los murales del distribuidor vial de Venta Prieta, en Pachuca, tienen dragones y unicornios, por lo que no representan los bordados tradicionales de Tenango de Doria
• El trabajo estuvo a cargo de la artista visual Karla Madrigal González, quien presentó el proyecto al gobierno estatal y, al ser aprobado, quedó como responsable de la obra

Vanessa E. Romero
Tenango de Doria