Yareli Rojas Zoyoquila, estudiante de Derecho, indicó que actualmente en Tenango de Doria, Santa Mónica y San Nicolás se está perdiendo el bordado jöd’i panï, también conocido como pepenando, ya que durante las “últimas décadas” el tenango ha desplazado su producción.
En su ensayo El jöd’i panï: legado cultural y espiritual del pueblo otomí, Rojas Zoyoquila señala la importancia social que tiene este tipo de artesanía en la comunidad San Pablito Pahuatlán, Puebla, y en Tenango de Doria, donde debido a la cercanía con la localidad mencionada se conoce la técnica para realizarlo.
Asimismo, a través de su investigación, resaltó que el pepenado es un elemento “esencial” para la cultura otomí, ya que no solo posee elementos físicos, sino también valores espirituales y cosmogónicos; además, menciona que esta pieza suele ser confeccionada por mujeres y es un “vehículo” de expresión de las creencias ancestrales.
Por otra parte, Félix Molina, quien es originaria de Tenango de Doria, dijo a Criterio que en la cabecera municipal ya nadie se interesa por realizar el jöd’i panï, pues es más complicado de elaborar que un tenango.
La pobladora agregó, sin especificar, que “eso ha ocurrido con varios tipos de bordado a mano”, mismos que tampoco son bien pagados.
Acusaron plagio de tenangos en barbijos
El 3 de agosto, Criterio publicó que artesanos de Tenango de Doria acusaron plagio de sus creaciones, ya que en China se están produciendo a gran escala cubrebocas con imágenes que imitan sus bordados
Por lo anterior, algunas pobladoras de la región optaron por comercializar las piezas hechas en ese país, ya que el costo de esos barbijos es de 40 pesos, mientras que una mascarilla con un tenango original vale desde 120 hasta 150 pesos
Vanessa E. Romero
Tenango de Doria