Pese a que fue inaugurada el 19 de diciembre de 2016, debido a la falta de equipamiento, de especialistas para atenderla y medicamentos para suministrar a los enfermos, el ala oncológica del Hospital General de Tula permanece sin operar.
Cuestionada al respecto, el pasado lunes, durante su visita al nosocomio, la secretaria de Salud de Hidalgo, María Zorayda Robles Barrera, reconoció que al módulo “le hace falta mucho” y que es un edificio que hasta “enormes goteras tiene”, pero no ahondó en el tema y dijo que solo atendería, con previa cita, en Pachuca.
Hace siete años, durante el acto protocolario, cuando se puso “en servicio” dicha unidad especializada de hospital de Tula, autoridades estatales dijeron que el módulo oncológico podría atender a más de 200 mil personas avecindadas en 12 municipios del suroccidente del estado, quienes podrían ser pacientes potenciales del inmueble.
El entonces titular de la SSH, Marco Antonio Escamilla Acosta, dijo que la unidad también tendría capacidad de servir a enfermos provenientes de Estado de México y Querétaro; asimismo, que se destinaron 110 millones de pesos en su construcción y equipamiento.
En el inmueble se proporcionarían servicios de prevención, detección y atención de cáncer, e incluso, los familiares de los enfermos en fase terminal recibirían asistencia de tanatología, para ayudarlos a aceptar su pérdida.
A pesar de los dichos de las autoridades, de acuerdo con personas enfermas de cáncer, quienes pidieron no ser identificadas por temor a represalias o que se les niegue la atención, aseguraron que el edificio de oncología del nosocomio regional Tula-Tepeji cumplirá siete años, pero sin funcionar.
“La unidad oncológica no cuenta con el equipamiento ni el personal especializado para atender los casos de cáncer que se pudieran recibir; el oncólogo de cabecera solo viene una vez a la semana y está en el sanatorio un tiempo limitado, obviamente no alcanza a cubrir todas las citas que debería”, acusaron.
Una de las mujeres consultadas mencionó que, de momento, se podría decir que el edificio no tiene gran demanda, pero, dijo, se debe a que“la gente que llega con un padecimiento o sospecha de cáncer se da cuenta de que no se les brinda la atención adecuada y “termina por irse a un médico particular”.
Otra entrevistada, María H. H., quien ha sobrevivido a diversas variantes de cáncer desde hace más de 25 años, indicó que cuando se enteró de la unidad de oncología, a principios de 2017, tuvo una esperanza de atenderse “las dolencias”, pero que, debido a la mala calidad y la demora del servicio recibido, decidió hacerlo “por fuera”, aunque reconoció que a veces no puede acceder a los servicios por lo costoso de los medicamentos: “Es muy cara la enfermedad”.
El área oncológica del Hospital General de Tula se construyó ante la demanda y presión hacia las autoridades por parte de organizaciones civiles y campesinas, como la ya desaparecida Federación Independiente de Obreros, Agrícolas y Campesi-nos (Fioac), quienes, mediante la toma de dependencias obligaron al estado a voltear a ver la grave incidencia de cáncer que existe en el suroccidente de la entidad, presuntamente a causa de la polución.
Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende
