A pesar de que la semana pasada la Secretaría de Movilidad y Transporte (Semot) revocó una concesión a un operador de la modalidad de taxi por provocar un accidente al conducir bajo los efectos del alcohol, los choferes del servicio público reinciden en este tipo de conductas, al mismo tiempo en que exponen la vida de los usuarios.
Según la Policía de Huejutla, este lunes se recibió una queja sobre un trabajador del volante, dueño de la unidad con número económico 295, que maniobraba en estado inconveniente.
Los uniformados aseveraron que el indiciado zigzagueaba en plena vía pública, por lo que alertó a la población; en consecuencia, se emprendió la búsqueda del sujeto por las calles, sin resultados.
De acuerdo con la Ley de Movilidad y Transporte para el Estado de Hidalgo, el artículo 154, fracción IV, prohíbe, entre otras circunstancias, conducir una unidad del servicio público bajo el influjo de bebidas alcohólicas.
Francisco Bautista | Huejutla