Los hablantes de lenguas indígenas que están presos en el Cereso de Tenango de Doria, carecen de traductores para llevar a cabo su proceso penal, señalaron familiares.
En esa cárcel existen personas monolingües de náhuatl, otomí en sus variantes ñuhu y hñahñu, así como tepehua en su variante lhima’alh’ama, por lo que tienen derecho a que su sentencia sea traducida.
Sin embargo, no se cuenta con los traductores necesarios que ayuden a interpretar su lengua, a pesar de ser un derecho.
“Esto puede ser considerando un tema de discriminación, pero también de incomprensión y violación de derechos por parte de las autoridades”, dijo uno de los familiares.
Afirmó que la irregularidad de que no se cuente con intérpretes en los procesos penales ha pasado desapercibida porque los mismos acusados no se quejan y, además, desconocen que es su derecho.
“Actualmente con la pandemia se han restringido las visitas y, en el caso de los que contamos con un familiar monolingüe o bilingüe se hace más visible el problema de la ausencia de algún intérprete, porque podría enfermar o querer externar algo”, aseguró otro familiar de un interno del Cereso de Tenango.
El regidor Lázaro Cajero mencionó, en entrevista con Criterio hace dos meses, que en las dependencias gubernamentales de la región Otomí-Tepehua es necesaria la presencia de traductores debido al alto índice de hablantes de lenguas indígenas.
Las personas en reclusión tienen derecho a que su proceso sea traducido a su lengua.
Vanessa E. Romero | Tenango de Doria