Crearon el proyecto Faty, sueños esperanza: una cooperativa para elaborar pañales ecológicos. Foto: María Antonieta Islas
Patricia Obregón Montes y Bruna Vargas Vargas, vecinas de Cuautepec cuyas hijas, de 19 y 14 años, padecen síndrome de Down y de Lennox-Gastaut con autismo secundario, respectivamente, crearon el proyecto Faty, sueños esperanza: una cooperativa para elaborar pañales ecológicos.
“Platicábamos de lo padre que sería formar una cooperativa en la que pudiéramos ofrecer empleo a mamás de niños discapacitados, generar economía sin descuidar a nuestros hijos y que estos reciban terapia”, afirmó Patricia, dirigente el Centro de Atención a Niños con Lesión Cerebral Valeria AC.
La idea, al principio, era confeccionar ropa, pues Bruna trabajó varios años en talleres de costura; sin embargo, Patricia planteó elaborar pañales ecológicos a precios accesibles debido a su experiencia con su hija Valeria, quien utiliza al menos 40 a la semana, lo que representa un gasto de alrededor de 200 pesos.
“En 19 años, mi hija ha usado 10 mil y, según expertos, cada uno tarda hasta 500 años en degradarse. Si lo traducimos en pesos, he gastado 164 mil 160”, explicó.
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Una vez definido el producto que elaborarían y tras la inclusión de otra emprendedora, Marisol Amador Vargas, las tres madres solteras accedieron al programa Fomento al autoempleo, mediante el cual obtuvieron maquinaria en febrero para habilitar un taller en la comunidad Almoloya.
Con Faty, sueños de esperanza, señalaron, buscan apoyar al cuidado del medio ambiente y la economía de las familias de escasos recursos.
María Antonieta Islas I Cuautepec
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