El Día de la Santa Cruz, el 3 de mayo, es el festejo más importante para los habitantes de la Sierra Otomí-Tepehua, pues reúne la cosmovisión indígena que ha sobrevivido hasta la actualidad gracias a su unión con la religión católica y representa la comunión con la naturaleza y los poderes supremos.

En la comunidad Santa Úrsula, Huehuetla, Juana Toltentino, junto con un grupo de personas, se comprometió a realizar la ceremonia de cambio de cruz, que durante muchos años llevó a cabo su madre, Francisca Tolentino, quien falleció el año pasado a la edad de 99 años.

Durante este ritual, además de cambiar la cruz que identifica los manantiales de la localidad —donde, según la tradición, vive una sirena guardiana a la que le llevan ollas y obsequios: representaciones en miniatura de instrumentos usados por los habitantes—, se alimenta y se da de beber a la tierra, a fin de agradecerle por todo lo que provee a los pobladores de Santa Úrsula y todo el mundo.

En Tenango de Doria, el Día de la Cruz atrae a cientos de personas, que suben al Cerro Sagrado, también conocido como Cerro Brujo, considerado como el protector de la Sierra Otomí-Tepehua y famoso por conceder milagros.

El 25 de abril pasado, Criterio publicó que, de acuerdo con los organizadores, el ritual en dicho cerro es “de gran relevancia” pues pedirán lluvias, ya que la sequía ha afectado la calidad de vida de los habitantes del municipio y de la región.

Vanessa E. Romero I Tenango de Doria