Sin cumplir con las medidas sanitarias, retomaron las mayordomías en Tenango de Doria una de las tradiciones más populares dentro de la cultura otomí, la cual reúne la cosmovisión indígena con la religión católica.

Las celebraciones son planeadas casi con un año de anticipación y los encargados asumen la responsabilidad de forma voluntaria, ya sea para pedir algún favor o agradecerlo. “Ser mayordomo representa un honor para la comunidad y es un honor para quienes lo han sido”, indicó María San Agustín.

Tal responsabilidad consiste en recibir en los hogares tenanguenses un santo, al cual le hacen arreglos con flores de la región, se le lleva música a cargo de un trío huapanguero, se utiliza copal y se ofrece una comida para todos los ciudadanos que quieran visitar a la imagen.

“Son importantes porque son el legado que nos dejaron nuestros antepasados y que nos permiten dar gracias y pedir por el bien de nuestra gente en el transcurso del año, así como equilibrar el bien y el mal”, añadió.

Sin embargo, en algunas de las celebraciones, al igual que en las ceremonias fúnebres que se han suscitado recientemente en la localidad, las personas incumplen la medidas preventivas contra el Covid-19.

Vanessa E. Romero

Tenango de Doria