Vecinos de Ixtlahuac y otras comunidades de Huejutla conmemoraron el octavo aniversario luctuoso del presbítero José Barón Larios, quien denunció ante el Tribunal Internacional de La Haya, en Holanda, 300 crímenes contra campesinos, cuyo principal móvil era la tierra.

Francisco Colón Albino, de Macuxtepetla, dijo que al sacerdote se le recuerda como impulsor de actividades a favor de los derechos humanos y de los pueblos originarios: “La humildad lo caracterizaba y por ello pasó sus últimos años de vida con campesinos en la localidad de Ixtlahuaca II”.

El habitante dijo que el religioso dejó como legado su ejemplo y filosofía de vida, plasmados en epístolas en las que hacía notar “una sed insaciable de justicia”. Agregó que alrededor de 600 fueron publicadas en medios locales y el libro Tradiciones, cuentos ritos y creencias nahuas.

Barón Larios nació el 5 de julio de 1932. Fue sociólogo de profesión y contaba con una maestría en Desarrollo Rural por la Universidad Iberoamericana; obtuvo mención honorifica.

No obstante, el 8 de diciembre de 1966 se inició en el sacerdocio y a partir de 1970 desempeñó el culto en la Huasteca.

El presbítero era simpatizante de la teología de liberación y siempre se pronunció por levantar la voz ante injusticias y atropellos, de acuerdo con los pobladores que este miércoles lo rememoraron.

Autoconsiderado antigobiernista, formó parte del equipo pastoral de Atlapexco, que desafió a los caciques en la década de 1970.

Salomón Hernández | Huejutla