Dean Chahim, ingeniero civil y doctor en Antropología con tesis posdoctoral por la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, aseveró que la solución para evitar una nueva inundación en Tula “es muy simple”: recuperar el
lago de Texcoco.

En conferencia de prensa, el investigador, que ha dedicado sus últimos siete años de estudio a temas políticos generados por las cuencas hidrológicas del Valle de México, sostuvo que el remedio a las anegaciones no está en el río Tula, como han dicho las autoridades, sino en la recuperación del cuerpo de agua para ser usado nuevamente como vaso regulador.

Chahim acusó que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y otras instancias no han querido invertir en este proyecto y lo han bloqueado para no afectar los intereses económicos de las inmobiliarias, en lugar de priorizar la seguridad de millones de personas que viven en las riberas de los principales afluentes del Valle de México.

Agregó que dichas empresas mantienen su intención de extenderse hacia la zona oriente de esa región, en los límites de Ciudad de México con Estado de México, único espacio “medianamente” céntrico para ampliar la capital del país.

En ese sentido, coincidió con los pobladores que acusan que la inundación del año pasado fue una decisión política que oculta intereses económicos, no solo de la presente administración federal sino de sexenios anteriores.

Por ello, reiteró que la anegación no fue resultado de un fenómeno natural ni se trató de una “catástrofe inevitable”, sino de un “paradigma fracasado”.

ARGUMENTO

La Conagua ha sostenido que la anegación fue producto de un fenómeno natural y que fue inevitable; sin embargo, expertos como Dean Chahim sostienen que la anegación fue provocada por motivos políticos y económicos

La noche del 6 de septiembre pasado, el río Tula tenía capacidad de desfogar 250 metros cúbicos de agua por segundo, pero la Conagua y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México enviaron más de 600

Miguel Ángel Martínez I Tula de Allende