Artesanos de la región de Tula, quienes se instalan en la zona arqueológica y en una plaza de la demarcación, señalaron que son un sector “abandonado” por las autoridades, tras las inundaciones de septiembre pasado.

Al respecto, el elaborador Isidro Muñoz Hernández dijo que los tres órdenes de gobierno han “relegado” a su gremio, pues se quejó del nulo apoyo ante la emergencia que vivieron.

“Del gobierno federal solo recibimos 10 mil pesos, una base de colchón, una estufa y un refrigerador; eso no es suficiente, pues muchos lo perdimos todo”, indicó.

Respecto a la administración estatal, aseveró que “no han recibido nada” y reclamó que se levantó un censo para el supuesto otorgamiento de créditos, los cuales a la fecha siguen como promesa.

De la parte municipal, dijo, obtuvieron un par de despensas, pintura para remozar la plaza de Artesanías y un colchón reconstruido, “lleno de sangre, orines y chinches, el cual no ha sido repuesto”.

Cuestionó que “el ayuntamiento ya dio por terminada la emergencia y se desentendió de todas las afectaciones”.

El artesano apuntó que, en su caso, las aguas negras le echaron a perder artículos de su negocio de renta de sillas y mesas, por lo que, aseguró, su economía familiar se vio afectada, pues la mayor parte de su sostenimiento proviene de esas ventas.

Otra queja fue que en la zona arqueológica solo les permiten vender la mitad de la semana, además de que las autoridades municipales establecieron horarios y grupos de comercialización reducidos por las restricciones sanitarias.

Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende