Las cabañuelas siguen siendo una práctica de los primeros 24 días del año, en las comunidades indígenas de la zona Otomí-Tepehua.

La gente dedicada al campo realiza el balance de los días para conocer cómo podría ser el comportamiento climático este 2023 y definir cuáles serían los días de siembra.

Esta práctica fue heredada por los abuelos, señala uno de los entrevistados, principalmente, quienes llevaban un registro de los primeros 12 días del año.

Cada uno de los días representa un mes, por ejemplo, el clima del 1 de enero, sería el de enero y así sucesivamente hasta llegar a diciembre.

El ejercicio también se aplica de manera regresiva, entre el 13 y 24 de enero, para obtener el balance del posible estado del tiempo durante el año.

Por ejemplo, explicó un agricultor que si el balance es de lluvia el 6 de enero, entonces en junio podría haber precipitaciones; si el 9 de enero hace mucho viento, significará que eso prevalecerá en septiembre.

“Mis abuelos me heredaron este conocimiento y a su vez a ellos igual, es algo que no hemos perdido desde generaciones atrás, es una forma de saber cómo será el año”, señaló Faustino Vargas, de Acaxochitlán.

“Si veo que el 4 de enero llovió o estuvo nublado, entonces me da una idea y tengo que esperar a la cuenta regresiva de los meses para ver cómo podría estar; a la gente que nos dedicamos al campo nos funciona bien, y si vemos que hay riesgo, entonces sembramos poco”, expresó.

Las peores condiciones climáticas para la gente del campo son el frio y la lluvia, “eso nos causa mucha preocupación; no hemos tenido buenos años de cosecha, esperamos que en este las condiciones sean diferentes”, señaló el poblador de Acaxochitlán sobre la tradición de las cabañuelas.

Magda García | Acaxochitlán

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